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León

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Cuando Ángel Calvo se presentó por primera vez a las elecciones municipales en Páramo del Sil tenía 34 años y bigote, como ayer recordó en su despedida. Montador de estructuras metálicas, aceptó ser candidato como independiente después de «una larga resistencia», según una información de Diario de León del 14 de abril de 1995, en la que el titular era que respaldaba a los «mal llamados antiguos propietarios del pueblo de Primout».

Calvo se presentó con una lista de obras para todos los pueblos y la promesa de buscarle un mayor aprovechamiento a la piscina municipal. El 17 de junio de 1995 fue investido alcalde con el apoyo de IU, cuyo edil justificó su voto en que la Junta y la Diputación estaban gobernadas también por los populares. En su primer discurso, Calvo pidió «unidad» a la Corporación para sacar adelante a un municipio que venía ya negro su futuro.

Después vinieron las mayorías absolutas y muchos más titulares. A los periodistas del Bierzo siempre les ha dado mucho juego Ángel Calvo. Quizá sus días más negros fueron cuando se echó abajo la térmica de Anllares. De sus titulares, el último, en el programa La Tertulia: «Transición es buscar y en Anllares no se han buscado empresas». No es fácil para el PP gobernar en una cuenca minera y Calvo lo hizo, sin duda por un talante que ayer demostró también en su adiós.