«La abeja de aquí tiene buena genética muy bien adaptada»
El mexicano Enrique Estrada es el experto criador, seleccionador y maestro en la inseminación artificial de abejas de referencia mundial está estos días en Camponaraya. Destacó la importancia de la calidad genética a la hora de sanear y producir miel de calidad.
—Entiendo que no será fácil inseminar una abeja ...
—Las abejas reina se aparean volando. Es imposible controlar los apareamientos. Con una vaca y un toro se puede, pero con las abejas no. Entonces, si nosotros apareamos libremente a las reinas, siempre habrá zánganos indeseables que se apareen con ellas. Si el apareamiento lo hacemos instrumentalmente podemos seleccionar las abejas que tienen mejor sobrevivencia, mayor producción, o que sean más dóciles y hacer cruces específicos entre ellas, para producir reinas hijas y cambiar en las colmenas. De esa manera, esos genes los repartimos y podemos lograr un avance genético.
—¿Podría explicarle a un profano el proceso técnico?
—Para evitar zánganos indeseables enjaulamos la cría de zángano. En esta jaula, los zánganos no pueden salir, pero las obreras sí pueden entrar. Luego, vemos la edad sexual de los zánganos y de la reina. Y hacemos que coincida la edad sexual. Las traemos al laboratorio y obtenemos el semen. El equipo que tenemos es muy bueno, dado que almacena una gran cantidad de semen, así que podemos guardarlo y luego echar el semen a las reinas de diferentes productores en un trabajo muy versátil de inseminación. Una vez inseminadas las reinas esperan en el laboratorio a que tengan posturas y de ahí crían las nuevas abejas reinas. Podemos crear mil reinas o 500 reinas a partir de colonias ya seleccionadas».
—¿Usan genética local o de otras zonas del mundo?
—Ustedes, aquí, tienen una abeja muy bien adaptada a su zona. Tiene buena genética. Lo ideal es trabajar con ella. Se puede hacer híbridos, pero muchos creen que no es conveniente. La abeja silvestre ya no existe, la mató la barroa. Por eso es clave el apicultor.