Las cenizas de Raúl Guerra Garrido ya reposan en el cementerio de Cacabelos
«Quiero que me entierren en Cacabelos y debajo de un cerezo. Voy a ver si lo consigo», le decía en agosto de 2020 Raúl Guerra Garrido a este periódico, después de tomarse con humor la decisión de una mayoría del Pleno del Ayuntamiento de rechazar por un defecto de forma su nombramiento como Hijo Adoptivo, que promovía el equipo de gobierno en minoría.
Y en Cacabelos, en el recinto mortuorio de su familia en el cementerio municipal reposan desde este viernes las cenizas del escritor nacido en Madrid por accidente que siempre se sintió berciano. Una ceremonia íntima ha servido para cumplir el deseo del autor de El año del wólfram, la novela con la que en 1984 fue finalista del Premio Planeta y en la que ahonda en la fiebre del oro oscuro en la Peña del Seo y retrata los albores de la Ciudad del Dólar en Ponferrada. «Cuando me dijeron que iba a ser Hijo Adoptivo de Cacabelos pensé, qué alegría, por fin voy a ser de mi pueblo», decía en 2020 Guerra Garrido. Y ahora sí que lo ha conseguido.
La familia del ganador del Premio Nadal, el Premio Nacional de las Letras y la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, entre otros reconocimientos, también tiene previsto participar este sábado a partir de las 12.00 horas en el homenaje que un grupo de escritores y periodistas bercianos le dedicará a Raúl Guerra Garrido en la librería El Libro Imposible.