El mirador de las Médulas cambia el árido por el verde

Ya no hay cartel que impida subir al corazón del crácter la cerrada cantera de Catisa junto al lago de Carucedo y justo, a tiro de vista, del mirador de Orellán , el de las Médulas. De no saber la historia previa de esta cantera, cualquier turista que se acercara esta Semana Santa al lugar podría pensar que en el lugar están construyendo un campo de golf. Lo que un día fue un tajo para extraer áridos y producir material para la construcción y viales, hoy recobra poco a poco su estado natural con la ayuda de la mano del hombre. El objetivo general es ganar de nuevo la zona para la naturaleza y minimizar el impacto visual de una cantera frente a las minas de oro romanas declaradas por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.

Hace justo ahora un año se daban a conocer el comienzo de los trabajos de lo que por entonces el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, llamó «renaturalización» de la cantera Peña del Rego, que así se llema. Las labores de recuperación natural de la zona fueron adjudicadas a la empresa Herrero Temiño por un presupuesto que supera el millón de euros, 1.028.775 euros exactamente y un plazo de ejecución de 14 meses.

Las obras se plantearon en cuatro fases diferenciadas. Primero, fue desmantelar y demoler las instalaciones y viejos edificios que quedaban de la explotación y desmontar silos y grúas (aún falta). Luego incluía una limpieza de vertidos incontrolados de escombros. El hormigón demolido se tritura en el lugar y se reutiliza en obra para zonas de relleno; mientras que el resto de residuos van al reciclaje reglado. La última fase es la restauración del terreno e incluye actuaciones en taludes rocosos, zonas planas y pendientes. En total son 11 hectáreas de frentes rocosos, 19 de explanadas o plataformas y 8 hectáreas de taludes.