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Los héroes del viaducto de la A-6: tres hombres se valen para retirar miles de toneladas de hormigón

El desmontaje del viaducto del Castro con un robot entra en su fase final

Parte que queda por echar abajo del viaducto que se desplomó en junio de 2022. L. DE LA MATA

Ponferrada

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Desmontar un viaducto no se recuerda en la historia de las carreteras en España hasta que se derrumbó el del Castro, el pasado mes de junio de 2022, en la A-6 a su paso por el Bierzo. Cayó por dos veces y obligó a iniciar un largo proceso técnico y burocrático que tuvo como primera parada saber qué había pasado y va camino de cumplir su primer gran hito: echar abajo los dos carriles del que se cayó dirección Galicia y también del paralelo, dirección Madrid, salvo un tramo —más o menos la mitad— que va por la montaña.

Y es que, al final, el Ministerio de Transportes ha optado por empezar de nuevo con el objetivo de abrir el viaducto en sentido Madrid este año —en verano ya parece imposible— para que circulen tanto los coches camino de Galicia como los que vienen en dirección a Bierzo. Para ahorrar tiempo —si es que en una gran obra se puede decir así— se ha optado por el viaducto que no se vio afectado por el derrumbe porque se aprovecha esa parte de la montaña y está más en línea recta con el túnel de Piedrafita en la A-6, por donde se va a unir a la autovía. También, en este sentido, se han iniciado las obras para construir un puente por encima del desvío hecho este invierno para camiones.

Todo el trabajo de desmonte, que se inició el pasado mes de enero, se realiza con tres personas. Un supervisor, a pie de obra, un gruísta, que mueve la gran máquina y un técnico en una cabina suspendida lo más cerca del viaducto, que es quien dirige un percutor-ordenador a distancia, como si fuese una excavadora de juguete.

Obras guiadas por dos grandes grúas. L. DE LA MATA

El cerrazón informativo del Ministerio hace que la información se tenga que cotejar a pie de obra. Hay algún operario más en las obras que se están haciendo de caminos, pero el grueso de los trabajos lo llevan tres personas.

Tras el análisis de varios procedimientos de desmontaje, el Mitma se decantó por la demolición con robot , priorizando al máximo la seguridad.

El viaducto sentido Madrid, el que no resultó afectado, ya está retirado entero y el que se cayó tiene una parte derribada y apenas quedan cuatro vanos por echar abajo en la parte norte.

Los vanos se caen por su propio peso y también se están tirando las pilas que los sujetaban.

El sentido Madrid se hará por urgencia y tiene ya un presupuesto inicial de 27 millones de euros aprobado en Consejo de Ministros. El otro, esperará a los Presupuestos. Irá para largo.

Parte derribada ya, al fondo el sentido Madrid. L. DE LA MATA