El Procurador insta a la Junta a valorar el potencial turístico de Compostilla II
Reclama evaluar proyectos que permitan un rendimiento futuro de las torres para ser BIC
El Procurador del Común ha vuelto a pronunciarse sobre la idoneidad, conveniencia o necesidad de proteger las torres de refrigeración de la central térmica Compostilla II (Cubillos del Sil) como elementos del patrimonio industrial en un momento de mutismo sobre su futuro inmediato. Ahora, analizado el argumento, básicamente económico, por el que la Junta de Castilla y León desestimó la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) a finales del pasado año, este órgano consultivo emplaza a la Administración autonómica a tener en cuenta otros factores, principalmente su potencialidad turística.
«La potencialidad de las infraestructuras de la central térmica de Compostilla II en Cubillos del Sil, a través de posibles proyectos para promover el turismo, el conocimiento y la rehabilitación y desarrollo económico de la zona en la que se encuentra, también debe ser un factor a tener en consideración para determinar si procede la incoación de la declaración de Bien de Interés Cultural de dicha infraestructura, que forma parte del patrimonio industrial de nuestra Comunidad y, en definitiva, para concluir si procede la conservación de la misma», recoge la resolución del Procurador del Común, que también da cuenta de las respuestas ofrecidas por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte a la demanda de información por parte del Procurador del Común.
Además de aludir al informe ya público que cifra en más de 20 millones de euros la inversión necesaria para los trabajos de reparación que permitan asegurar la viabilidad y seguridad de los elementos que podrían aportar la singularidad y su mantenimiento a 25 años, Patrimonio subraya la existencia de otros bienes del patrimonio industrial del Bierzo y de otros puntos de la provincia leonesa que ya gozan de protección y que, a su entender, serían ejemplos suficientes del patrimonio cultural heredado de la minería.
El Espacio Cultural de Las Médulas, el Pozo Ibarra en Pola de Gordón, el complejo minero de Puras de Villafranca, el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León, el conjunto minero de Fabero, el conjunto etnológico del Campo Petrolífero de Ayoluengo y la antigua central térmica de la MSP de Ponferrada, actual Museo de la Energía, son los ejemplos puestos por la Administración autonómica para demostrar —defiende— su «importante apuesta para proteger el patrimonio industrial y minero como parte integrante del patrimonio cultural de Castilla y León, estando así representada de una manera amplia una forma de vida del pasado de nuestro país y del contexto socioeconómico de otras épocas que garantiza su transmisión a las siguientes generaciones».
«Se podría haber evitado»
El Procurador del Común repara en los argumentos esgrimidos por la Junta en cuanto al coste de los trabajos de reparación y mantenimiento de los elementos a conservar, junto con posibles indemnizaciones para hacer frente tanto a los derechos que tiene Endesa sobre los restos de la demolición como a las consecuencias del incumplimiento de los contratos formalizados. También en la circunstancia igualmente aludida por la Administración de que, actualmente, el bien no cumple el criterio de integridad, teniendo que ejecutarse una intervención compleja y costosa para lograrla. Dos motivos que, recoge la resolución, «con una mayor previsión podrían haberse evitado mediante una actuación anterior a las medidas llevadas a cabo por Endesa para proceder a la demolición de la central».
Por lo tanto, lo que el Procurador del Común entiende y así ha resuelto es que «la potencialidad de las infraestructuras de la central térmica de cara a un futuro, a través de posibles proyectos que permitan obtener un rendimiento duradero en el tiempo y acorde con la dignificación del Patrimonio Industrial de Castilla y León, debería ponerse en relación con la supuesta merma de la resistencia estructural de los elementos a conservar o, en su caso, con la importancia de las obras que habrían de llevarse a cabo para conseguir dicha resistencia, así como con el coste total de las inversiones que requieren la conservación de las torres y chimeneas de la central térmica».