Las dovelas del túnel fantasma de Torre vuelven al lugar de la tragedia que costó cien muertos

Siete dovelas de un túnel que ya no existe. Una placa de metal que recuerda que son las piedras originales de uno de los estrechos pasos subterráneos de la línea ferroviaria construida en 1878 para hacer llegar el primer tren de vapor al Bierzo. Y un número 20 pintado en la roca más grande de todas; en el sillar que hasta finales de los años ochenta marcaba la entrada al lugar donde hace ocho décadas ocurrió la mayor tragedia de la historia de los ferrocarriles españoles. 

Lo que queda del mítico túnel número 20 —escenario del choque de trenes que el 3 de enero de 1944 dejó cien muertos sobre las vías— volvió este viernes a la estación de Torre del Bierzo. Y lo hizo gracias al convenio firmado entre el Ayuntamiento y la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, con el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) como último depositario, para que esos siete sillares cargados de historia permanezcan en el futuro Museo Ferroviario de la localidad por un periodo cuatro años, prorrogables otros cuatro más.

Poco antes de las dos de la tarde llegaba desde León la camioneta con las dovelas. Después de la foto de rigor junto a las vías del tren, con el hueco que dejó el túnel desmantelado hace un cuarto de siglo al fondo de la estación, el alcalde Gabriel Folgado insistía en que el Ayuntamiento de Torre está lejos de renunciar al proyecto de museo en el edificio que les cede el Adif.

Aunque  el proyecto para invertir 650.000 euros fuera rechazado por supuestos defectos de forma en la última convocatoria de los fondos europeos de Transición Justa que sí han concedido cuatro millones de euros al tren turístico entre Ponferrada y Villablino, el alcalde no tira la toalla y estudia fórmulas para conseguir el dinero.

«Si es necesario iremos a un contencioso», aseguró, convencido de que Torre ha subsanado en tiempo y forma todo lo que le pidieron desde el Instituto para la Transición Justa y  cuando se lo pidieron. Aunque la entidad les ha animado a concurrir a una nueva convocatoria, Folgado no quiere esperar, ni renunciar a presentar otro proyecto para el municipio.

Las primeras piedras de ese futuro museo, en cualquier caso, duermen ya en un almacén de Torre. Poco cuesta imaginarse el incendio que devoró el túnel cuando el tren correo 421, que descendía el puerto sin frenos, se llevó por delante una máquina de maniobras a la entrada del túnel y después fue arrollado por un convoy de carbón del que tiraba una vigorosa locomotora Santa Fe que aún se conserva en el Museo del Ferrocarril de Cataluña en Vilanova i la Geltrú . Que esa máquina de vapor también vuelva algún día a Torre del Bierzo es otra batalla pendiente.