Arde una nave con vacas y el dueño sospecha que alguien prendió fuego
Han muerto dos madres, dos terneras y una novilla en la explotación ubicada en Lamagrande
La llamada telefónica de un vecino advirtió a Javier López de que la nave agrícola de la que él y su hermano Jorge son propietarios en el pueblo de Lamagrande (Balboa) estaba ardiendo a primera hora de la mañana de ayer. Eran las ocho menos diez y el alertante había visto el fuego desde su casa en la cercana localidad de Sotogayoso (Vega de Valcarce). Dentro había ganado, maquinaria agrícola, más de cien pacas de paja y varias toneladas de pienso. Javier y Jorge lo perdieron todo y tienen sospechas, según ellos fundadas, de que detrás de la tragedia puede haber intención, que alguien provocó el fuego para hacerles daño.
A última hora de ayer todavía no habían interpuesto la pertinente denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Villafranca del Bierzo, pero aseguran que lo harán por temor a que este no sea un hecho aislado. «Por lo menos, podían haberle abierto la puerta a las vacas», asegura Javier. Murieron cinco animales: Dos vacas, dos terneras y una novilla. Todas de raza limusina y propiedad de Jorge.
Fuentes de la Subdelegación del Gobierno consultadas por este periódico aseguraron que la Guardia Civil ha abierto una investigación para tratar de esclarecer lo ocurrido. Sobre la posible causa del incendio nada se sabe, pero Javier y Jorge defienden que fortuito no ha podido ser, porque en la nave no hay corriente eléctrica y el tractor que estaba guardado en su interior había sido arrancado un par de días antes y tenía desconectador de batería.
El tractor ardió, como ardieron las vacas, la paja, el pienso, dos remolques, una rotoempacadora y un hilerador. Solo la maquinaria supera los 300.000 euros, aseguró Javier López; pero el seguro que tienen contratado nada más alcanza a cubrir 40.000 euros. «Solo el remolque que compramos el año pasado valió ese dinero», explicó el ganadero, todavía con cierto sesgo de incredulidad en la voz a pesar de haber sido testigo directo de la desgracia
Cuatro bomberos, ayudados de dos camiones autobomba, se encargaron de las labores de extinción. No tardaron en controlar las llamas de un incendio que «ha evolucionado durante varias horas antes de ser detectado», aseguraron desde el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento de Ponferrada. Lo que al cierre de esta edición seguía ardiendo es la paja y eso puede estar así varios días hasta que el fue se dé por extinguido totalmente. La nave ha quedado gravemente afectada y probablemente su destino será la demolición.