El hombre detrás de los milagros de la Encina

El hombre que está detrás de los milagros de la Encina, el escribano que en 1850 recopiló todos los sucesos extraordinarios atribuidos a la Patrona del Bierzo en los dos siglos anteriores y que dejó impresos los mitos fundacionales de Ponferrada, incluyendo la leyenda del hallazgo en el tronco de un árbol de La Morenica, Manuel González del Valle, fue «secretario ejemplar» del Ayuntamiento de Ponferrada y estuvo enterrado al menos durante casi un siglo en el antiguo cementerio del Carmen.

La solución al misterio sobre la identidad del autor del libro reencontrado en la Biblioteca Nacional estaba en la hemeroteca del Diario de León. Allí dejaba constancia de su nombre y su profesión el antiguo corresponsal del periódico en el Bierzo, el popular locutor de Onda Bierzo Ignacio Linares, cuando el 1 de agosto de 1978 publicaba un artículo denunciando el «impresionante abandono del cementerio del Carmen de Ponferrada».

Linares informaba del proceso de «canje de nichos, sepulturas y mausoleos del viejo cementerio al nuevo camposanto municipal de Santo Tomás de las Ollas. Pero se lamentaba de que «la antigua necrópolis» fuera pasto de los cardos, las hortigas y «una vegetación más acorde con el trópico o las selvas vírgenes» que con la del Bierzo. Y añadía, además, un detalle escabroso; «las profanaciones son frecuentes debido a las bandas de jovencitos» que «invaden, cuando lo desean, el lugar santo buscando esos metales que pueden hacerles conseguir unos duros para ir tirando».

Y entre los «nombres más ilustres» de difuntos enterrados allí, «prohombres y mujeres» sin familiares y sin amigos citaba Linares en ese verano de 1978 a Miguel Fustegueras, que donó su patrimonio de 600 millones de pesetas a la ciudad, el médico y fundador del instituto Gil y Carrasco, Diego Antonio González, el alcalde Isidro Rueda, las «bienhechoras de la ciudad» Luciana Fernández y Eladia Bailina, y hasta la madre y hermanas del mismísimo escritor Enrique Gil y Carrasco. Entre todos ellos, también aparecía en el artículo el nombre de Manuel González del Valle, definido por Linares como «secretario ejemplar del Ayuntamiento de Ponferrada». Ahora sabemos también que fue autor de un libro milagroso, reeditado por Prodigioso Volcán tras su redescubrimiento en la Biblioteca Nacional por Mario Tascón.

Linares no dice nada de las fechas marcadas en la lápida de González del Valle, pero un vistazo a la Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico del Ministerio de Cultura lo revela cuando reseña su libro: nació en 1802 y murió en 1884. Lo que ocurrió con sus restos en 1978 es ahora nuevo misterio por resolver.