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La concha perdida del Camino Viejo

Vega de Espinareda busca pruebas de la existencia de una concha en la fuente del Monasterio de San Andrés para corroborar que un día fue jacobea y parte de una variante que venía de Igüeña, Noceda y Toreno y seguía a Cacabelos

El Monasterio de San Andrés de Vega de Espinareda. ANA F. BARREDO

Ponferrada

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Vega de Espinareda se halla inmersa en una aventura, la de encontrar la concha perdida que constataría que una variante del Camino de Santiago atravesó, otrora, el municipio procedente de Berlanga y, antes, de Toreno y, antes, de Noceda y, antes, de Igüeña, donde enlazaba con el Camino Olvidado. Un ramal perdido que continuaba, después, en dirección a Cacabelos y, ya en Valtuille de Arriba, conectaba con el Camino Francés.

No es esta concha perdida el único vestigio que queda de aquel camino que algunos llaman de las iglesias o las ermitas y otros dicen que es el Camino Viejo de Santiago. Este último ha sido, precisamente, el nombre que el promotor del proyecto La Mirada Circular y hacedor de un informe que trata de demostrar la existencia de este ramal jacobeo con datos y hechos históricos.

Dice el alcalde de Vega de Espinareda, Santiago Rodríguez, que la cúpula de la iglesia de El Espino estaba adornada con motivos y personas vinculadas al Camino de Santiago. Y él mismo recuerda la concha que ahora se está buscando entre el archivo fotográfico de los propios vecinos. Sobre ella caía el agua de los caños de la fuente del Monasterio de San Andrés. Después desapareció, tal vez durante las obras del colegio que ocupó el complejo monacal, apunta el regidor.

Si las fotografía antiguas que se han pedido a la vecindad constatan gráficamente la existencia de la concha, será una prueba más de que Vega fue jacobea, al menos para los incrédulos, porque quienes han crecido allí conocen bien lo que recuerdan. Los restos de una antigua calzada romana, prácticamente desaparecida por la construcción de la carretera entre Toreno y Berlanga, y algún vestigio en la iglesia de San Justo de Cabanillas (Noceda del Bierzo) dan cuenta de ello también.

Fue diseñando sobre el terreno una nueva variante de La Mirada Circular, la 6C, como se hicieron evidentes los restos de un camino antiguo. «Nos pusimos a trabajar en esa variante y nos dimos cuenta de que por ahí pasaba un Camino de Santiago. Entonces, empezamos a buscar información», explica. En ello sigue inmerso, mientras repasa mentalmente el mapa del trazado que ya ha hecho ciclable en el marco de esa Mirada Circular que recorre ocho municipios del Bierzo, Laciana, Babia y Asturias, 25 pueblos, cinco reservas de la biosfera y 178 kilómetros. Se puede hacer andando o en bicicleta.

Igüeña, Quintana de Fuseros, San Justo de Cabanillas, Noceda del Bierzo, Robledo de las Traviesas, Librán, Toreno, Tombrio de Arriba y de Abajo, Berlanga del Bierzo, Vega de Espinareda, San Vicente, Espanillo, Villabuena. San Clemente y Valtuille de Arriba. Ese es el trazo del viejo camino. Un recorrido ya vinculado a La Mirada Circular que también Vega de Espinareda quiere poner en valor. No en vano, intención del Ayuntamiento es abrir este mismo año un albergue de peregrinos construido en la Casa del Abad del Monasterio de San Andrés.

«Tenemos claro que por aquí pasó un Camino y queremos ponerlo en valor. Llevamos tiempo detrás de este proyecto», aseguró Santiago Rodríguez, sabedor de que sería una alternativa turística más para un municipio considerado la puerta de entrada a la Reserva de la Biosfera de los Ancares, y para una zona históricamente minera y muy deprimida que busca una línea de vida en el turismo.