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MASTERCHEF

Jotha: «Estoy muy orgulloso de mi origen: faberense, berciano, leonés, de sangre negra minera»

El concursante de MasterChef hace un repaso a su vida y trayectoria

Jotha, el concursante berciano de MasterChef. RTVE

León

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Jotha  es sin duda uno de los platos fuertes de esta edición de MasterChef. De origen berciano, el DJ ha demostrado estar a la altura del programa televisivo, tanto por su forma de cocinar como por su peculiar puesta en escena que en más de una ocasión ha suscitado peleas y polémicas .

—Preséntese. ¿Dónde y cuándo nació? ¿Dónde estudió? ¿Cuáles son sus aficiones? ¿En qué ha trabajado?

—Fabero del Bierzo, el 20 Julio del 87. Estudié infantil en el Antonio Machado, después primaria en el Manuel Fernández. Con el cambio a la ESO, pasamos dos Años a La Cortina, otro colegio en Fabero y, finalmente, secundaria en el IES Beatriz Ossorio, donde acabé Bachillerato de Sociales y me llevé los mejores años de mi época estudiantil. Siempre me ha gustado el mundo artístico en todos los ámbitos: música, cine, radio, tv, teatro, y me he dedicado a todos un poco: cuatro años en radio digital con el programa Deslengua2 (no apto para menores de 18), como reportero de diferentes medios, cubriendo diferentes reportajes, estrenos de teatro, musicales, etc. Después continué como organizador de eventos y fiestas, donde he trabajado muchos años como director artístico en la fiesta Calvario, que todavía tenemos activa y disfruto mucho de ella y, a raíz de ahí, como DJ de la noche madrileña, donde me he recorrido infinidad de locales poniéndole ritmo a la noche.

—En su presentación decía estar harto de la noche y que quería «cambiar los platos de 'pinchar' por los platos de cocinar». ¿Cómo ha llegado a esa conclusión, cómo llegó a la cocina? ¿Le gustaría hacer su propio restaurante?

Estaba harto de dedicarme exclusivamente al mundo de la noche. La cocina es, junto a la música, otra de mis pasiones y estaba en ese punto en el que necesitaba un cambio. Ese cambio llegó con MasterChef, que me brindó la oportunidad de disfrutarla culinaria y televisivamente. ¡Estoy disfrutando tanto del concurso! La cocina siempre ha venido conmigo, desde bien pequeño, de la mano de mi abuela Maruja y mi madre, Isa. Los referentes en mi vida junto con mi padre y mi hermana. Siempre he sido el cocinero del grupo de amigos, de la familia y, ahora, el cocinero DJ que tan pronto te pincha unos temas como te pincha un entrecot. Mi idea es seguir con el proyecto que en su día tuve que dejar por el cierre de las minas, un local de tapas y cañas donde la gente venga a disfrutar de la comida, la bebida y la música.

—Siempre ha tenido muy presente a su familia...

—Mi familia es mi brújula en la vida. Soy una persona muy familiar, estoy muy orgulloso de los orígenes humildes, trabajadores y luchadores de mi familia. Mis abuelos maternos, Maruja y Lucinio, trabajaron desde muy jóvenes. Maruja con nueve años limpiaba carbón en la mina para ayudar a su madre a sacar adelante a la familia, ya ves que barbaridad, ¡con nueve años!, y Lucinio se fue a servir de pastor, con 10 años, por los montes bercianos con un rebaño de más de 100 ovejas. Así, hasta ponerse a trabajar como picador de carbón en la mina y regentar el quiosco del pueblo, muy conocido por ello también. Por parte de mi padre, Lola y Emilio, ¡Ay, Emilio! (el abuelo que me falta). Fue picador de carbón y también muy familiar. Mi padre Toni era barrenista en la mina, jugador y entrenador de fútbol. Ya retirado levantó el campo y el equipo C.D Fabero y lo llevó a los mejores momentos. Mi madre, Isa, pastelera hasta hace unos años que se jubiló, regentaba la pastelería en la plaza de la Cortina, en frente de los médicos. Y mi hermana, mi mitad, maestra de primaria, que me acompaña en mi aventura viviendo en Madrid, como yo.

—¿Cómo ha sido separarse de ellos durante este tiempo?

—Vivo en Madrid desde hace 11 años, así que el separarme de la familia no me cuesta mucho. Lo que sí llevo muy mal es no tener a penas contacto con ellos. Las llamadas son limitadas por las grabaciones y, además, no hablar con ellos todos los días es lo que más me cuesta, no tenerles en el momento en el que necesito desahogarme o escucharlos es difícil, pero es por una buena causa.

—¿Fueron ellos los que le enseñaron a cocinar?

—¿A la cocina llegué, como bien dije, de la mano de mi abuela materna, Maruja, y mi madre, Isa. Siempre me gustó y cuando me fui a vivir solo, la aclamada independencia, pues no me quedaba otra que apañarme y empezar mis pinitos en la cocina. Pero siempre que cocinaba, aunque fuera solo para mí un simple filete, buscaba la manera de hacerlo diferente, de innovar, de darle una vuelta. Esa curiosidad por la cocina me viene de siempre, no me conformo con lo sencillo, me gusta lo complicado.

Jotha durante la grabación del programa siete de MasterChef. RTVE

—¿Ha echado de menos a Merce cuando fue expulsada?

—He echado mucho de menos a Merce. Merce adora el formato, le encanta MasterChef, pero las diferencias en la convivencia le hicieron mella y MasterChef supone un desgaste físico y también mental. Hay que estar ágiles, frescos de mente, para poder sacar adelante todo lo que te piden los jueces. Es un talent muy exigente y ciertos compañeros pudieron con ella. ¡Ella es una de las mejores personas que me llevo del concurso!

—Ha tenido desde el primer momento una actitud desafiante con compañeros y chefs. ¿Hasta qué punto es su forma de ser y hasta qué punto es un personaje?

—En MasterChef he sido yo 100%, en los momentos buenos y en los menos buenos. Son muchas horas de grabación y es imposible sostener un personaje (el que lo tenga). La gente que me conoce me identifica y me reconoce perfectamente. Es mi manera de ser, soy desafiante, me gusta el riesgo, vacilón e incluso chulo. No me callo la boca ante nada ni ante nadie. Son detalles que habrá que limar poco a poco, ya sabes, crecimiento interior y mejora.

—¿Mira los comentarios de las redes sociales que hablan de usted? ¿Le gusta lo que lee?

Sí, no dejo de mirarlos y de interactuar en las redes sociales. Por cierto, espero que todo León me esté siguiendo en Instagram, @Jothamchef11. ¡Bienvenidos todos con su apoyo! ¡Qué no se diga, eh! Me gusta lo que leo, tanto lo bueno como lo malo. Me gusta que la gente se exprese, diga lo que piensa sin filtros, como yo. No podemos caerle bien a todo el mundo. ¡Qué aburrido sería! 

—Ha estado cerca de ser eliminado en muchas ocasiones, ¿a qué cree que se debe? ¿Cree que fue injusto?

—Ir a eliminación no significa que cocines mal, significa que has podido tener un mal día y un mal cocinado, que los otros concursantes lo hayan hecho mejor, que te quedes en blanco y no saques lo que esperabas o que tu idea directamente no convenza o esté mal ejecutada. He de reconocer que la tensión de estar en la cuerda floja me gusta. ¡Me pone! Esa adrenalina es la que te hace estar vivo, despierto, pero menudos sustos ¡eh! (se ríe). Mi gente está al borde del infarto.

—¿MasterChef es más un curso, en el que de verdad se aprende, o es más un concurso televisivo en el que prima el espectáculo?

—MasterChef es un máster acelerado de vida. No olvidemos que es un talent show y tiene una mezcla de los dos. Al final, se tocan temas de convivencia, roces de cocinado y, por supuesto, la base culinaria. He aprendido mucho culinariamente hablando, como técnicas que no sabía ni que existían, cocinar bajo presión, en grupo, alimentos con los que no sabía que se podían hacer tantísimas cosas… Al final, a la gente le gusta ver cómo cocinas y saber más de ti, conocerte y ver cómo eres, y ahí está la clave.

—¿Qué le parece el nuevo formato que elimina una de las tradicionales pruebas?

—Me gusta todo lo que sea innovar, cambiar, mejorar… ¡Me va! Más dosis de programa, dos entregas, más exigencia, más concursantes… Quizá nos hiciese falta un juez más… ¿Quién podría ser? (se ríe).

—¿Sigue sin gustarle la incorporación de los delantales negros y las repescas?

—No me gustan nada las incorporaciones. Reconozco que la de Claudia me pareció bien, porque fue compañera de casting , ya la conocía y a estas alturas, al no estar mi Merce, un poco de aire fresco en el concurso se agradece. ¡Espero no equivocarme con Claudia! Y no, no, no. ¡Repesca no! ¿Qué necesidad de volver otra vez a meter más gente? ¿Sabes lo difícil que es aguantar a 20 personas en casa? Y lo mejor de todo, ¡más competencia no! Hemos venido a concursar y a ganar, así que, ¡todos fuera!

—¿Cuál es su plato leonés y berciano favorito? ¿Algo que quiera decir a los leoneses y a los bercianos?

—¡Qué pregunta más difícil! Imagínate, Chichos, cachelos, repollo, cecina, embutidos varios, vinos, castañas, botillo, cocido leonés… ¿Cómo voy a decidirme solo por uno? Para mí, cualquiera de los nombrados significa tradición, familia, melancolía, amor y sabor!.

Estoy muy orgulloso de mi origen: faberense, berciano, leonés, de sangre negra minera, de representaros en los fogones y en la vida en general. Los que son de mi tierra me entenderán sin mucha más explicación, es un orgullo tener la suerte de haber nacido en esta tierra tan maravillosa y, sobre todo, de tener el apoyo de toda la gente que es de ella. Gracias por todo y... ¡Seguidme en redes sociales!