Diario de León

Jorge y Camino, familia de acogida 23 años: «No es tanto drama, es como cuidar a tu hijo»

Una pareja de Cabañas ha cuidado en casa a decenas de menores

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Camino Mata y Jorge Muñoz llevan 23 años acogiendo a niños en su hogar de Cabañas Raras, en la comarca del Bierzo (León). Tienen dos hijos y por su casa han pasado decenas de menores tutelados que necesitaban una familia de urgencia, aunque uno de ellos, una niña con discapacidad, «va a ser para siempre».

«Es como la vida misma, no es tanto drama pensar en el acogimiento, es como cuidar a tu propio hijo; al final no resulta tan complicado, es cuestión de sentido común y de aplicar lo que haces en casa al niño que acaba de llegar, con sus broncas, sus charlas, su posibilidad de ocio o lo que le apetece o no hacer», explica a Efe Jorge.

Camino y Jorge son una familia que ha abierto su hogar para acoger a uno de los 18.500 niños que hay en España en acogimiento familiar, de los que más de la mitad viven en familias extensas (con sus abuelos o tíos).

«Mi hija tenía 6 años y vino un día del cole donde le habían dado una charla y me dijo, papá vamos a acoger a un niño, le respondí irónicamente: no uno, 18», sonríe. Han sido muchos más en estas dos décadas, ni recuerda el número. «Pocos días después, llegué a casa y estaba una persona de Cruz Roja para hacernos una entrevista y valorar nuestra idoneidad. A la semana siguiente nos llamaron y llegó la primera niña, tenía tres días y a partir de ahí...».

La mayoría de los niños que han tenido esta familia leonesa han sido renuncias de la madre tras el nacimiento y llegan desde el hospital. «Están en casa 3 o 4 meses hasta que se hace el papeleo para decidir quienes son los padres de adopción; así llegó también Patricia, que tiene retraso severo y es autista, vino con 6 días y lleva 16 años con nosotros».

Existen distintas circunstancias por las que un administración asume la tutela de los niños. El acogimiento familiar debe ser la medida de protección preferente cuando un menor está en situación de desamparo y no puede o no debe vivir con su familia biológica. Sin embargo, más de 16.000 menores siguen viviendo en centros.

«Los que más han ganado son nuestros hijos, ellos te lo dicen; no ven los problemas de la vida como grandes problemas, se dan cuenta de otras necesidades. Me acuerdo un día que íbamos de compras y mi hija Nuria quería un capricho y yo se lo negué, y vino Omar, su hermano, y le dijo: Nuria tú no te das cuenta de que hay niños que no tienen ni padres».

En todo este tiempo, cuando han pasado varios meses sin tener niños, los han echado en falta. Mientras mantienen en acogimiento permanente a Patricia han seguido acogiendo a bebés en situación de urgencia.

«Trabajábamos los dos, pero cuando acogimos a Patricia mi mujer dejó de trabajar; la empresa es familiar pero nos arreglamos. Camino se dedica en cuerpo y alma a ella, a sus terapias y tratamientos, tienes que moverte mucho, preguntar, se informa en congresos y luego a error y ensayo porque como no sabe hablar».

¿Cuando cumpla los 18 años qué pasará con Patricia? «Es un acogimiento permanente hasta la mayoría de edad, pero imagino que luego seguirá con nosotros, son casos muy especiales, nunca nos lo hemos planteado», añade.

Existen distintas circunstancias por las que un administración asume la tutela de los niños. El acogimiento familiar debe ser la medida de protección preferente cuando un menor está en situación de desamparo y no puede o no debe vivir con su familia biológica. Sin embargo, más de 16.000 menores siguen viviendo en centros.

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