La vanguardia del arte llega a Fabero para mostrar la memoria minera de un siglo
La artista Bárbara Fluxá desarrolla en la cuenca su proyecto de museo
La convocatoria de Art for Change de la Fundación ‘la Caixa’, que destina 445.680 euros a impulsar 20 nuevos proyectos culturales por toda España que fomenten el papel activo de colectivos en situación de vulnerabilidad, desarrolla uno de ellos en la cuenca de Fabero.
Es de la artista Bárbara Fluxá, bajo el título ‘El aula de las maravillas’, y se materializa con el apoyo de 24.520 euros. Su objetivo es crear un museo participativo junto con la comunidad de antiguos mineros y personas que vivieron de la actividad de la cuenca minera berciana.
La artista interviene -como un agente más- en un proceso «especulativo-creativo» para generar un museo atípico que mostrará, no solo una colección museográfica extraordinaria, sino también, la recuperación de la memoria histórica de esta cuenca minera a través del imaginario de las personas que lo construyeron, las vecinas y vecinos de Fabero.
El título es una fusión entre el propio nombre del lugar donde se desarrolla el proyecto «El aula paleobotánica de Fabero» y los «cuartos de maravillas» o también llamados «gabinetes de curiosidades» donde los burgueses europeos de los siglos XVI, XVII y XVIII coleccionaban y exhibían objetos naturales exóticos traídos de todos los rincones del mundo, explica Bárbara Fluxá.
«Con el título quería establecer un dialogo entre la pulsión de los propios miembros del aula paleobotánica de Fabero (algunos antiguos mineros) al rescatar y conservar los fósiles paleobotánicos encontrados en la explotación minera a cielo abierto de Gran Corta de Fabero; y aquellos curiosos diletantes de la antigüedad a los que les entusiasmaba lo extraño y desconocido llenando hasta los techos sus hogares de no-humanos extravagantes bajo una museografía preilustrada».
¿Por qué en Fabero? «Conocí la Gran corta de Fabero, gracias a la invitación de la Fundación Cerezales Antonino y Cinia para desarrollar un taller artístico dentro del seminario «Materia (in)distinta. Imágenes, futuros y ecologías a cielo abierto». Allí conocí y establecí contacto con los miembros del Aula Paleobotánica de Fabero y la gestora cultural Amparo L. Corral con los que estoy desarrollando ahora el proyecto «El aula de las maravillas» gracias a la convocatoria Art for Change 2022 de la Fundación »la Caixa». Este taller tuvo lugar en otoño del 2021 y, desde entonces, seguimos enganchadas a la energía de este lugar».
A su juicio, la memoria en una cuenca minera tiene que ver con el trabajo duro, que se vive a pie de calle, y la tragedia (tantas veces repetida), que no se olvida y pasa de generación en generación. «Sin duda, todo esto es fundamental que se valore, reconozca y que se preserve; pero bajo mi punto de vista, ahora es igual de importante proyectar a futuro. Debemos de ser capaces de imaginar y sembrar las semillas de lo que está por venir sobre el manto colmatado de antracita», explica la artista. El proyecto comenzó con una primera fase de escucha, trabajo de campo y conversación con los miembros de la asociación del Aula paleobotánica de Fabero (Joaquín, Titín, Jose, Carmen y Cristina). «Ideamos una imagen e identidad gráfica más acorde con el proyecto y después hicimos unas jornadas de puertas abiertas para captar socios y difundir el proyecto. También, en redes sociales, hemos hecho acciones de difusión y de recopilación de testimonios sonoros de encuentro con fósiles; y en breve haremos talleres con colegios e institutos de la zona. También, estamos organizando unas jornadas de charlas y talleres para julio con amigos especialistas en museos comunales, historiadoras del arte, paleobotánicas y artistas contemporáneos para proporcionar nuevas herramientas y enfoques a los miembros del aula para llevar a cabo juntos en los próximos meses una intervención museografía colaborativa que vaya más allá del jerarquizado museo de ciencias naturales al uso».
¿Qué le atrae de la cuenca minera ahora que conoce un poco su historia? «Soy hija y madre de asturianos, así que tengo un vínculo vital con Asturias. Y he trabajado desde la investigación en arte con las cuencas mineras asturianas en varias ocasiones con las que la zona norte de León tiene múltiples conexiones geológica y culturalmente hablando».
Tanto las cuencas asturianas como las leonesas, en las que ahora está trabajando, fueron zonas claves en el desarrollo industrial de España a lo largo del siglo XX y conformaron un paisaje común con el Carbonífero. Son, según la artista,«territorios portadores de carbón» caracterizados por albergar grandes extensiones de «bosque sepultado» o lo que en geología se denomina «el colapso de la selva tropical del Carbonífero». «Me fascina visibilizar estas paradojas a través del arte, visualizar/materializar de algún modo, que la fuente de energía más potente y transformadora de la Historia de la humanidad, el carbón, sea ese bosque vivo y a la vez fosilizado que ahora podemos encontrar en el Aula Paleobotánica de Fabero y tantos otros lugares».
El proyecto «El aula de las maravillas» abarca todo el año 2023, luego los miembros del aula (estoy segura) continuarán desarrollando otras actividades y dinámicas en base a las prácticas desarrolladas con nosotras.
A medida que uno habla con Bárbara Fluxá surgen preguntas. Algunas imposibles de contestar a priori cómo los colores de una cuenca minera después del carbón, cuando su modo de vida de cien años se ha acabado. «Verdes y muy vivos», dice la artista. «Desde nuestro proyecto estamos trabajando con una amplia gama de verdes procedente del imaginario vegetal y animal de ese bosque del Carbonífero del que hablaba antes. A Katia, la diseñadora que ha desarrollado la imagen gráfica para el proyecto, le pedimos que trabajara en base a la creación de nuevos imaginarios y cromatismos vivos alejados del oscuro y mortecino negro antracita, aunque por supuesto también estará presente».
Se trata, dice a modo de conclusión, de generar optimismo, ilusión y proyectar futuro. «Las cuencas mineras son territorios a los que podríamos llamar «Paisajes energéticos en suspenso». Territorios que desde hace ya muchos años viven suspendidos en un proceso de transición perpetua desde el punto de vista administrativo, económico, cultural y social; y, a los que las instituciones gubernamentales no les están dando una salida real y viable. El proyecto y objetivos de los miembros de la asociación del Aula Paleobotánica de Fabero van en esta dirección, generar esperanza potenciando el conocimiento, estudio y difusión científica y cultural del magnífico patrimonio natural paleobotánico que albergan estas tierras».
El proyecto «El aula de las maravillas» activa una intervención artístico-museográfica colaborativa, en la que Bárbara Fluxá, a través de metodologías transversales entre la ciencia, la museografía o las prácticas artísticas relacionales, reúne a la comunidad de Fabero para idear juntos una suerte de plan museográfico creativo centrado en el edificio del aula, el paisaje y memoria mineras y la colección paleontológica. Fabero está de moda.