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Cerco al escarabajo que consume a los chopos más jóvenes

Un proyecto pionero promovido desde el Campus de Ponferrada investiga el mejor método de control de una plaga defoliadora sin tener que utilizar químicos

Ponferrada

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El nuevo enemigo de las choperas a abatir se llama Phyllobius y es un género de escarabajos que se come las hojas tiernas de los chopos en su primer año de vida, comprometiendo el desarrollo del árbol. En la lucha contra este insecto defoliador se ha involucrado ahora la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal (Eiaf) del Campus de Ponferrada de la Universidad de León, que forma parte de un proyecto pionero en España para identificar métodos de control de esta plaga sin la utilización de compuestos químicos.

Se están probando diferentes trampas en las que se colocan atrayentes dirigidos a aislar al Phyllobius y no a otros insectos. Ese es el valor principal del proyecto, que lo que se busca es un atrayente selectivo y respetuoso con el medio ambiente que capture a los ejemplares de esta especie dañina y no a otros inocuos que conviven en el mismo ecosistema. «Estamos evaluando trampas forestales que han obtenido buenos resultados en coníferas. Son trampas de interceptación tipo crosstrap en las que se han colocado compuestos atrayentes naturales obtenidos en los propios clones de chopos de pequeña edad que han sido afectados por distintas especies de defoliadores», explicó el profesor de la Eiaf Álvaro Rodríguez.

El Campus de Linares de la Universidad de Jaén y las empresas Bosques y Ríos y Garnica son las otras partes implicadas en el desarrollo de un proyecto de control de plagas que sigue la línea en la que viene trabajando, desde hace años, la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal para mejorar la gestión y la sostenibilidad de las choperas e incrementar su rendimiento económico. «El objetivo es poder producir madera de calidad de una forma que sea respetuosa con el medio ambiente, sin utilizar químicos y sostenible», explicó la también profesora e investigadora de la Eiaf Flor Álvarez Taboada.

«A día de hoy, hay muy pocos productos disponibles para hacer control de plagas en choperas y, en el caso de los productos químicos, su uso no es sostenible a medio plazo, porque no es adecuado medioambientalmente. Estamos buscando compuestos que no dejan residuo y que no son contaminantes, que lo que hacen es atraer al insecto», apuntó Álvarez Taboada.

Un trabajo de I+D+i, el impulsado desde la Escuela de Ingeniería Agraria y Forestal, que genera grandes expectativas en el sector. «Estamos muy ilusionados con este proyecto. El control de este insecto defoliador es muy importante porque causa especial daño en las choperas durante el primer año, justo en el momento en el que los árboles empiezan a brotar. Es un momento de especial sensibilidad, crítico para el chopo y de ahí la necesidad de controlar la población», explicó el responsable forestal de Garnica, Carlos Álvarez.

Dar con el atrayente capaz de aislar al Phyllobius permitirá reducir el número de individuos y su reproducción, ya que una vez que caen en la trampa, mueren. «A ver si somos capaces de dar con la llave y controlarlo con métodos biológicos no abrasivos, que no dañen a otras especies y parásitos y que no sean tóxicos ni para el medio ambiente ni para las personas que los tienen que utilizar», añadió el responsable forestal de Garnica. «Tratamos de encontrar una herramienta que sea útil para los populicultores», sintetizó Flor Álvarez Taboada.

Los daños provocados por el Phyllobius se producen principalmente durante el primer año y se reducen considerablemente en años sucesivos. No obstante, la defoliación compromete el desarrollo y el vigor del chopo.