La resaca de la gran tromba de agua
Los bomberos de Ponferrada recibieron 52 avisos de inundación y el 112 gestionó 37 llamadas por problemas en viviendas y locales, incluido el Teatro Bergidum, en el que se valoran los daños
Ponferrada entera volvió a estar pendiente del cielo ayer, después de lo acontecido en la tarde anterior. Llovió pero no hizo daño, a pesar de que el agua volvió a ser intensa en algunos momentos del día. Fue la resaca de la gran tromba del domingo por la tarde, que provocó inundaciones en diferentes puntos de la ciudad. Los bomberos contaron hasta 52 avisos en los peores momentos de la tormenta que, en poco más de media hora, desató el caos en la capital berciana. Tal fue el volumen de incidencias que tuvieron que reforzar la plantilla y establecer un orden de prioridades para atender primero las más urgentes, que fueron las que conllevaban peores daños materiales.
Ni el Teatro Bergidum se libró del temporal. Se inundaron los sótanos y, a falta de conocer el resultado de la evaluación, es posible que se hayan dañado los elementos eléctricos del escenario.
Cocheras, bajos, sótanos y fosos de ascensores fueron los lugares en los que se dieron los mayores problemas debido a la acumulación de agua en la vía pública. También diversas viviendas sufrieron filtraciones de terrazas o pisos superiores. Hasta cuarenta litros por metro cuadrado dejó la tormenta de lluvia y granizo en Ponferrada. Tanta que los imbornales se colapsaron y dejaron de cumplir su función. No tragaban el agua y esta corría por las calles, formando olas por el empuje del viento en algunos puntos, como la avenida de Molinaseca. En otros formó auténticos pozos y en uno de ellos acabó el coche que quedó sumergido en el paso subterráneo bajo las vías del tren que comunica con la avenida del Ferrocarril. Ni el conductor sufrió daños ni tuvieron que intervenir los bomberos. Una grúa sacó el vehículo del atolladero y el nivel del agua fue bajando por su cuenta.
Hubo que cortar varias calles y zonas de aparcamiento y los inmuebles afectados se reparten prácticamente por toda la ciudad, desde la calle la Asunción en Flores del Sil, el barrio de La Estación, Fernando Miranda, La Puebla y Huertas del Sacramento, hasta el barrio de los Judíos y las avenidas del Castillo y Molinaseca y zonas próximas, en la parte alta. Al final, los bomberos acudieron a 33 puntos. En el resto, la situación había quedado ya resulta cuando se disponían hacerlo, bien porque los sumideros hicieron su trabajo o bien por la acción de los propios vecinos.
De las 61 llamadas atendidas directamente por la sala de operaciones del 112 entre las 16.00 y las 21.00 horas, el servicio de emergencias gestionó 42 expedientes, la mayoría de la capital berciana. «Por número de avisos, Ponferrada ha sido el que más incidencias ha registrado con un total de 24, por los cuales el 112 ha recibido 37 llamadas, la primera a las 19.23 horas», detallan fuentes oficiales.
Que la tormenta solo durara media hora fue fundamental para evitar que el caos fuera a más. Con los servicios de emergencia desbordados, las calles anegadas y los sumideros tupidos, poco se podría haber hecho. La suerte hizo que el temporal durara poco y la normalidad era prácticamente plena en la mañana de ayer. Los servicios de limpieza municipales trabajaron desde primera hora, se cerraron los parque de El Plantío y El Temple y también se acotaron zonas que, en la tarde del domingo habían generado los mayores peligros, como es el caso del paso subterráneo de la avenida del Ferrocarril. Se hizo, eso sí, como medida preventiva, no porque hubiera problemas.
Algunos negocios, principalmente de hostelería, no pudieron abrir sus puertas durante toda la jornada de ayer debido a las averías y desperfectos provocados por el agua que irrumpió a partir de las 19.15 horas, aproximadamente. A las 23.30 horas, los bomberos ya habían atendido la totalidad de los avisos recibidos, aunque sus actuaciones se prolongaron hasta las dos y media de la madrugada.
Personal de Protección Civil reforzó el trabajo de los bomberos para informar a la población y evitar riesgos.