Guerreros y monjes, protectores de quienes encaminaban sus pasos hacia Tierra Santa y custodios del Santo Grial. Caballeros de cruz roja y espada, vestidos de blanco impoluto y fieles, leales a una orden que en Ponferrada ha sobrevivido al paso del tiempo en el corazón de aquellos que estos días hacen posible la Noche Templaria, uno de los grandes atractivos turísticos de la capital berciana. La ciudad se ha vestido, este jueves, de solemnidad para celebrar la ordenación de los pequeños escuderos y los nuevos caballeros y el nombramiento de la Gran Maestre Honorífica, una mujer cuya voz forma parte de la historia de Ponferrada, Amalita Ruiz. Pionera, precursora y defensora de los valores de una tierra que siguen defendiendo los templarios.