HISTORIA DE UN TREN
El vagón de 1926 que limpiará la maraña de la vía del Ponfeblino
La empresa ARMF ha recuperado una plataforma traída de Cataluña y adaptada para el transporte de la vegetación del desbroce de la línea ferroviaria
La empresa ARMF Mantenimiento y Proyectos Ferroviarios, la misma que ha convertido los viejos talleres del tren de Villablino en un centro de reparación de material ferroviario y que está detrás del diseño técnico del proyecto que el Gobierno de España financiará con casi cuatro millones de euros para poner en marcha un tren turístico en la histórica línea minera que unía el Bierzo y Laciana; esta empresa está reparando y adaptando un vagón plataforma de 1926 para que pueda realizar los trabajos de desbroce de la línea ferroviaria una vez que se resuelva la licitación que permita iniciar los trabajos de recuperación de la vía entre Cubillos del Sil y Villablino.
La plataforma que está en proceso de reparación carga sobre sus ruedas una dilatada historia. Llegó a la capital lacianiega el año pasado procedente de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña, que «la usaba para cometidos similares a los que ahora va a acometer en el Bierzo y Laciana», explicó el responsable de ARMF, Manuel Ramos. Su estado de conservación era muy malo, «con problemas de corrosión extendidos tanto en la estructura como en los bordes abatibles». Ello obligó a la compañía a realizar «una enorme tarea de reconstrucción y sustitución de chapa y elementos estructurales» que está a punto de llegar a su fin.
Incorporado a la Compañía General de Ferrocarriles Catalanes como vagón cerrado, fue adaptado después como plataforma para el servicio de vías y obras, «adaptándola para el transporte de vegetación proveniente de desbroce», apuntó Ramos. Esa será de nuevo su función, aunque ya lejos de su lugar de origen.
De entre las actuaciones realizadas por los técnicos de ARMF para la puesta a punto de este vehículo ferroviario, «quizás la más importante ha sido la sustitución de los sistemas de choque y tracción, los conocidos como enganches, que han sido mejorados con la instalación de unos semiautomáticos», especificó Manuel Ramos. Su empresa ha adquirido este y otros vehículos pensando, precisamente, en el futuro del Ponfeblino, para «poder prestar un servicio importante en las futuras obras del ferrocarril».
El otro vehículo con el que la empresa especializada en la recuperación de material ferroviario pretende dar respuesta a las necesidades que se planteen en las obras de puesta a punto de la vía del tren entre Cubillos y Villablino es una dresina de servicio, un vehículo automotor que servirá para «realizar inspecciones de vía y trabajos de conservación», dijo Ramos. Esta también habrá que adaptarla, «eliminando el castillete para línea aérea y sustituyéndolo por un brazo desbrozador y una grúa pluma», añadió el experto.
El Instituto para la Transición Justa (ITJ), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, es el organismo del que depende la resolución definitiva de la subvención millonaria de fondos europeos que todavía no se ha materializado. Los plazos de tramitación para poder licitar y adjudicar el plan de recuperación de la antigua vía del ferrocarril a la empresa que acometerá los trabajos se han dilatado más de lo previsto, aunque fuentes del ITJ confirmaron a este periódico que será inminente.
Con todo, el Consorcio del Tren Turístico Ponfeblino, que será el encargado de sacar a licitación el proyecto, confía en poder iniciar las obras tras el verano y el peso y el trabajo previo de la empresa ARMF, asentada además en el territorio, avalan su más que posible selección como ejecutante. «El coste de esta reparación es aportado íntegramente por la empresa, que pondrá el vehículo al servicio de los trabajos a realizar», afirmó Manuel Ramos.