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La montaña de ceniza de la central de Anllares se usará para hacer cemento

El gigante Votorantim está detrás del proyecto para revalorizar hasta 8 millones de m3 de escoria

La térmica ya es historia pero la escombrera que ha dejado tras años de actividad será revalorizada en un nuevo proyecto. ANA F. BARREDO

Ponferrada

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La Junta de Castilla y León publicó, el miércoles en el Bocyl, la orden que deja sin efecto la autorización ambiental de la central térmica de Anllares (Páramo del Sil) y de sus instalaciones de gestión de residuos no peligrosos. Con ello, la primera térmica desconectada de la red en España ya es oficialmente historia. Ya no hay central, pero sí queda una montaña de ceniza que acumula del orden de ocho millones de metros cúbicos. No habrá más actividad de producción energética, pero sí aprovechamiento de esa escoria para la fabricación de cemento, abriendo un nuevo ciclo empresarial que prevé la creación de una docena de empleos, según ha podido saber este periódico.

Comercializadora de Cenizas SL es la empresa que promueve un proyecto detrás del que está el gigante Votorantim Cimentos, propietario de Cementos Cosmos (Toral de los Vados), y también el grupo Carbones y Transportes Silvano. El inicio de su desarrollo dependerá de lo que tarde en sellarse el vertedero que tenía la central para las escorias y cenizas que acumulaba y que, en la actualidad, está «pendiente de la finalización de la tramitación del procedimiento de evaluación de impacto ambiental», explicaron fuentes de la Consejería de Medio Ambiente.

El Servicio Territorial de Medio Ambiente León se encarga de la tramitación del expediente que es el paso previo necesario para que el promotor del proyecto de valorización de cenizas pueda pedir el permiso de gestor de residuos necesario para ello, según lo que establece la Ley 7/2022 de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular.

La iniciativa empresarial impulsada para aprovechar la ceniza acumulada en los terrenos de la térmica Anllares contempla el uso de las instalaciones auxiliares que no han sido demolidas, principalmente naves de almacén y oficinas. La idea es establecer ahí una planta de secado y preparación de esa ceniza para poder utilizarla después en el proceso de fabricación del cemento, añadiéndola como materia prima en una proporción determinada (1:1 o 1: 1,5) tras la molienda del clínker, que es el cemento bruto que sale del horno de una cementera.

La ceniza añadida mejora la resistencia y la durabilidad del cemento, así como su impermeabilidad y su protección al ataque químico, sobre todo de sulfatos, y permite reducir el consumo de clínker. Esto «mejora la eficiencia de la instalación, evitando el consumo de combustibles y recursos naturales necesarios para la fabricación de este material», subrayaron fuentes de Medio Ambiente consultadas por este periódico, que también recuerdan que «la cementera es gestor autorizado de residuos y esta operación de valorización de cenizas la lleva realizando desde el comienzo de sus operaciones, al igual que el resto de cementeras de España y Europa».

Otros proyectos empresariales

Las conversaciones y negociaciones entre Naturgy, propietaria principal de la central térmica de Anllares, y los promotores de este proyecto de valorización de cenizas comenzaron hace meses y está cerrado a expensas de obtener los permisos medioambientales necesarios. Además, no es el único que se ha presentado para el terreno que ha quedado libre tras el desmantelamiento de la central, aunque sí el único avanzado.

Una planta fotovoltaica que promueve el grupo Viloria y otra planta de reciclado de neumáticos son otros dos proyectos planteados, pero hasta el momento sin concreciones.