El turno de oficio de Ponferrada clama ayuda ante un listado de carencias
Con 33 años en este servicio, María del Pilar Fernández dice que es hora de que les atiendan
Los abogados del Turno de Oficio de Ponferrada están hartos de trabajar y no ver cubiertas sus mínimas expectativas de pago de servicios prestados, además de verse poco menos que abandonados a su suerte, en parte a lo referido a asistencia sanitaria, como a su incierto futuro como pensionistas.
Hace unos días, el colectivo realizó una concentración para dar a conocer su situación, leyó un manifiesto y se premió a abogados destacados del turno de oficio. Pero hasta ahora pocos han hablado tan claro y directo sobre la problemática que atenaza a los letrados que pertenecen al Turno de Oficio como lo ha hecho para este periódico la abogada María del Pilar Fernández Rodríguez.
Esta veterana letrada lleva 33 años en el Turno de Oficio y sabe bien, porque le toca de cerca, que el duro trabajo que realizan apenas está remunerado. Por ejemplo, asegura que si tiene un caso en la Audiencia Provincial de León de asistencia de justicia gratuita, lógicamente tiene que desplazarse desde Ponferrada a la capital de la provincia. El coste de ese traslado de ida y vuelta nadie se lo paga, con lo cual lo ideal para ella sería no viajar a León.
Pero, uno de los asuntos preocupantes es que el trabajo que realizan con los afectados que reclaman la Justicia gratuita por carecer de medios apenas cubre lo mínimo. Vamos, que están muy mal pagados por caso. Hubo reformas en 1995 y se actualizó en 2003 y 2021, pero los problemas principales de fondo se mantienen.
Por ejemplo, la cobertura social que tienen los que participan en el turno de oficio —entre los que también están y se encuentran afectados el cuerpo de procuradores— es paupérrima y no está actualizada a los tiempos que corren. Apenas disponen de cobertura social. Sólo disponen de un seguro que paga el Colegio de Abogados para sus colegiados.
«El Estado jamás nos ha asegurado», destaca con expresión rotunda la abogada María del Pilar Fernández, harta de ver cómo no se da solución a los problemas básicos del colectivo que trabaja (en teoría) con los más necesitados de Justicia por falta de medios propios.
Cuenta esta letrada que su trabajo es apasionante, pero muy complicado e incluso peligroso. Ella se entrevista en comisarías , en juzgados y en cárceles con criminales. En ocasiones hasta con personas que tienen verdaderos problemas mentales, que en un arrebato pueden ocasionar daño a quien les asiste en esas circunstancias.
Otra cuestión de este colectivo de letrados es el de la mutualidad de la abogacía. «Estamos atrapados en la mutualidad», resume Fernández Rodríguez. Dice que las pensiones no llegan al mínimo de la Seguridad Social y recuerda que al menos se llegó a universalizar la sanidad, incluyendo así a ellos.
Esta veterana abogada considera que el Colegio General de la Abogacía tiene que actuar y ser más diligente y reivindicativo ante la situación que viven.