LA HISTORIA DEL CARBÓN
Que nadie oculte más a las mujeres mineras
La Térmica Cultural abre la exposición 'Pioneras', que repasa el trabajo femenino en las minas, invisibilizado durante décadas hasta el punto de incluir en la escaleta de categorías laborales la de 'mujer' con independencia del trabajo que hiciera
La Térmica Cultural de Ponferrada ha abierto sus puertas a una nueva exposición que repasa la historia de las mujeres mineras. 'Pioneras' es el título de una muestra que podrá verse hasta el día 1 de octubre, organizada por Hunosa para poner en valor un trabajo que, durante décadas, trató de ocultarse. La mina era cosa de hombres, esa esa la premisa, pero fueron muchas las mujeres que trabajaron cribando y lavando carbón, en los economatos y en los servicios de limpieza y cocina. También dentro de los pozos, pero esto llegó más tarde porque era un trabajo prohibido.
"Había una directiva de la Organización Internacional del Trabajo que prohibía el trabajo a las mujeres dentro de las minas y que en España estuvo en vigor hasta finales de los 90, cuando una sentencia del Tribunal Constitucional, con motivo de un recurso de amparo presentado por un grupo de mujeres que querían entrar a trabajar en la mina, declaró la inconstitucionalidad de esta directiva", recordó el presidente del Grupo Hunosa, Gregorio Rabanal.
Tal fue la invisibilidad de la mujer en la mina que "en las escaleta de categorías laborales de las empresas mineras estaban los picadores, los barrenistas, los ayudantes de picador, los ayudantes de barrenista y, luego, había una categoría que era mujer, independientemente del trabajo que hicieran", apuntó también Rabanal.
La de las mujeres en las minas fue una labor que apenas tuvo visibilidad y darle el lugar que merecieron entonces y el reconocimiento merecido ahora es el propósito de la exposición que acoge La Térmica Cultural, que se nutre de fondos documentales del archivo histórico de Hunosa, en el que se recoge la documentación de todas aquellas empresas mineras asturianas que se fundaron a partir de mediados del siglo XIX y en la primera parte del siglo XX y que acabaron integradas en Hunosa.
Además, una parte de la exposición está dedicada a las mineras de mar, aquellas mujeres que escogían el carbón a pie de playa, en la de San Juan de la Arena, en la desembocadura del río Nalón, de cuyo puerto partía el carbón que llegaba hasta allí procedente de las cuencas asturianas. "Era una playa que tenía casi más carbón que arena", dijo Gregorio Rabanal.
El presidente de Hunosa también incidió en la importancia del trabajo femenino en la mina como sustento de las economías familiares, sobre todo en los duros años de la postguerra. Trabajaban en las minas y también alrededor de ellas, como las carboneras que iban a las escombreras a buscar el carbón que salía de los lavaderos y se dejaba allí. Lo que ganaban vendiendo ese carbón y ahorraban usándolo como combustible era un complemento salarial.