De Poseidón a Teseo, del tridente al minotauro, las calles de Quintana de Fuseros se convierten cada verano en un museo clásico gracias a las láminas de Esteban Álvarez y un grupo de vecinos.
PoseIdón, el dios griego del mar, vigila a los que se acercan al antiguo lavadero de Quintana de Fuseros, restaurado. C. FIDALGO
La Venus de Milo, diosa del amor, en una esquina del pueblo. DL
La iglesia parroquial tiene una lámina de La Piedad de Miguel Ángel. DL
Detalle de La Piedad de Miguel Ángel. DL
El David de Miguel Ángel, en una vieja galería de madera.
Teseo matando al minotauro. C. FIDALGO
Baco, dios del vino, junto al nuevo bar en la plaza de Quintana de Fuseros. C. FIDALGO
Otro rostro cincelado en mármol reproducido en fotografía a gran formato. C. FIDALGO
El nuevo Pensador de Rodin, ya una obra del siglo XIX. La lámina anterior desapareció y se la vio en el puente de Igüeña sobre el río Boeza. C. FIDALGO