Cuenta atrás para demoler las torres y una chimenea de Compostilla II mañana

Era diciembre. La orilla del embalse de Bárcena estaba cubierta por una niebla densa, una manta blanca de la que emergían con dificultad la silueta de las dos torres de refrigeración y de las tres chimeneas de la central térmica de Compostilla II.

Desde el mirador de la Peña de Congosto, el fotógrafo de este periódico tomaba en 2010 la imagen icónica que ilustra este texto sobre el final de un símbolo del siglo del carbón en el Bierzo; mañana jueves a mediodía, con los seis accesos al complejo edificado por Endesa en los años sesenta cerrados, con siete puntos de vigilancia de la Guardia Civil en los alrededores, una ambulancia y un equipo de rescate apostados en la puerta principal, por si acaso, un área de exclusión y un perímetro de seguridad de cuatrocientos metros de radio, la dos torres de refrigeración y la chimenea del grupo tres de la térmica se desvanecerán en otra niebla más densa que la del invierno. Serán historia, memoria, olvido, quizá con el paso del tiempo. Porque mañana a mediodía, a los tres años de la desconexión de la central a la red eléctrica y descartada la posibilidad de declarar Bien de Interés Cultural a las estructuras industriales por su alto coste de mantenimiento, Endesa volará tres de los cinco cilindros de hormigón que han marcado el horizonte del Bierzo desde su construcción.

Un bando del Ayuntamiento de Cubillos del Sil ya informa a los vecinos, a los visitantes, a los curiosos y a los nostálgicos del protocolo de la demolición. El operativo de seguridad se prolongará durante cuatro horas antes del ‘disparo’ y media hora después, entre las 8.00 horas y las 12.30 horas en que se reabra al tráfico los caminos cortados.

A las ocho de la mañana de este jueves 31 de agosto de 2023 (una fecha para las efemérides del Bierzo), más seis décadas después de la entrada en funcionamiento del primero de los cinco grupos que llegó a tener Compostilla II, los responsables de seguridad tendrá su primera reunión en el puesto de tiro, se instalará un centro de comunicaciones. Quince minutos después, los vecinos de Cubillos del Sil escucharán las primeras señales acústicas que anunciarán la voladura. Pero todavía será un ensayo.

A las 8.30 horas, después de haber comprobado que los radiotransmisores funcionan bien, comenzará el acordonamiento de la zona con cintas y señales, colocarán los sismógrafos y activarán las cámaras. A las 9.00 ya estarán cerradas las carreteras y los caminos que rodean a la central edificada para dar continuidad a la primera térmica de Compostilla en Ponferrada.

A las 10.30, para que no quede ningún cabo suelto, habrá un recuento de todo el personal que haya podido acceder a las instalaciones. Todo el personal no autorizado deberá salir de la zona y se cerrará el acceso. Para las 11.30 horas, los curiosos que seguro se acerquen al entorno oirán y verán a un vehículo con la sirena encendida que recorrerá todos los caminos y rutas de acceso. Diez minutos después, los artilleros estará situados en el puesto de tiro. Un largo tono de alarma, sostenido, anunciará a las 11.55 que las torres estarán a punto de caer. Un minuto antes de la voladura, la señal acústica cambiará. Serán tres tonos cortos de sirena. Y a las 11 horas, 59 minutos y 55 segundos comenzará la cuenta atrás.

El disparo retumbará en Cubillos justo a mediodía, si todo sale según el cronograma. En cinco minutos, la dirección facultativa de la voladura comprobará que las torres han caído. Que debajo de la polvareda ya no hay nada que fotografiar. Un segundo disparo de los detonadores de seguridad a las 12.25 y la tercera y última señal acústica que anunciará el fin de la demolición precederán a la reapertura de las carreteras y los caminos a las 12.30. La chimenea del grupo tres y las dos torres de refrigeración, ahora sí, empezarán su recorrido por la memoria.