La voladura de la térmica reabre el debate sobre el futuro de las dos chimeneas en pie

Tienen más de doscientos cincuenta metros de altura, una longitud desigual y, ahora sí, son el último testigo de los días del carbón en la orilla del embalse de Bárcena. La voladura de las torres de refrigeración y la chimenea del grupo tres de la térmica de Compostilla II en fase de desmantelamiento ha hecho que todos los ojos se vuelvan hacia las dos últimas chimeneas que rompen la línea del horizonte en Cubillos del Sil . Y también ha reabierto el debate político.

Mientras el presidente del Consejo del Bierzo y ex alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón, adelanta en una entrevista con motivo de las Fiestas de la Encina que aparece publicada completa el día 5 que «todavía hay opciones de mantenimiento» de una de las dos chimeneas que aún no han sido horadadas para instalarles los explosivos, el alcalde socialista de Cubillos del Sil, Antonio Cuellas, deja claro que está de acuerdo con la conservación de las dos estructuras , o al menos una, siempre que no condicione la posible instalación de empresas en el espacio que dejará la térmica y que tuvieran que hacerse cargo de unos hipotéticos gastos elevados de mantenimiento. Cuellas, reiteró que el Ayuntamiento de Cubillos, con su presupuesto, no podría asumir ese coste de mantenimiento.

«Si en 20 años esas chimeneas se han ido al garete, se tendrían que eliminar con el dinero del contribuyente y hoy es un gasto que asume Endesa, que es la responsable», afirma el regidor. Cuando Endesa deje de estar vinculada con la propiedad del suelo, argumenta Cuellas, no se le podrá pedir que asuma costes derivados del estado de conservación de las dos estructuras.

Cuellas retieró su pesar porque un proyecto de alojamientos para jubilados como el de Silver Sil, que incluía mantener buena parte de la central, no saliera adelante y recalca que siempre ha estado a favor de conservar la central siempre que pudiera integrarse en un proyecto económico viable.

Olegario Ramón, por su parte, también ha querido puntualizar a quienes le acusan de no defender la conservación de la central que en su momento lo que expresó fueron sus dudas de seguridad sobre interrumpir la voladura con las torres y la chimenea del grupo tres horadadas. «A última hora, cuando ya por motivos de seguridad no se iba a poder parar la demolición es cuando de manera demagógica y electoralista salieron varios a esa defensa», ha añadido el presidente del Consejo.

El que ayer volvió a reprochar a Ramón su postura, durante el Pleno de Ponferrada, fue el teniente de alcalde, Iván Alonso, su ex socio de Coalición por el Bierzo en el mandato anterior. «Le he dado las gracias por no haber hecho nada por evitar la demolición», explicó Alonso a la salida de la sesión. El edil reiteró que la declaración de las chimeneas que aún quedan en pie como Bienes de Inventario, en lugar de Bienes de Interés Cultural como se intentó y no se logró, podría salvarlas porque no sería obligatorio asumir inversiones tan altas en su mantenimiento. Alonso es pesimista. «Son chimeneas muy altas, las mejor conservables hubieran sido las dos torres de refrigeración».