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MEMORIA HISTÓRICA

El misterio de los 29 cuerpos de represaliados en el cementerio del Carmen

Buscan restos de mineros que combatieron el golpe de 1936, fusilados o detenidos que murieron en la cárcel y fueron enterrados en el antiguo camposanto de Ponferrada

Ponferrada

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Médicos que desenterraban cuerpos para estudiar sus esqueletos. Vándalos que cogían los huesos de los muertos y los colocaban en las vías del tren para escuchar cómo crujían al paso de los ferrocarriles que entraban o salían de Ponferrada, o quizá hacerlos descarrilar. El cementerio del Carmen, clausurado a mitad de los años sesenta, abandonado después y se supone que vacío de tumbas desde la última 'monda' a principios de los ochenta, arrastra una leyenda escabrosa. Pero más allá de la imaginación popular, que se "desbordaba" cuando en mayo de 1978, por ejemplo, aparecían los restos de un cadáver sin cabeza y de otro "apergaminado y momificado" en un nicho abierto, según relataba Diario de León, la realidad es que el viejo camposanto de Ponferrada es el centro de la represión franquista en el Bierzo.

Y allí ha comenzado esta semana l a búsqueda de los restos de 29 personas, hombres y mujeres, represaliados por el régimen que emergió del golpe de Estado contra la república en 1936. Veintinueve cuerpos de mineros asturianos que murieron en los tiroteos que les enfrentaron a la Guardia Civil sublevada y atrincherada en su antiguo cuartel durante los primeros días del conflicto, de republicanos que fueron fusilados posteriormente y de detenidos -entre ellos la vecina de Lago de Carucedo, Vicenta Moral- que enfermaron en la cárcel y murieron en prisión. La iniciativa del Ayuntamiento de Ponferrada, financiada con 22.400 euros aportados por la Federación Española de Municipios, pretende resolver el mayor misterio del viejo cementerio. ¿Está allí los 29 cuerpos, en la zona sexta del camposanto reservada al cementerio civil?

"Queremos resolver la gran duda", decía este martes el responsable técnico de los trabajos, el historiador del colectivo Sputnik Labrego Alejandro Rodríguez, que ya en 2016, cuando formaba parte de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, participó en una primera exhumación de restos de represaliados en el cementerio del Carmena. "Este es el lugar central de la represión franquista en el Bierzo", enfatizó.

Personal del equipo arqueológico observa la fosa abierta en busca de señales de enterramientos. L. DE LA MATA

El comienzo de los trabajos llevó hasta el cementerio, para informar sobre el terreno a los medios, al teniente de alcalde de Coalición por el Bierzo, Iván Alonso, y al concejal popular Roberto Mendo, junto con el director de los museos de Ponferrada y responsable técnico de Patrimonio, Javier García Bueso, autor del informe remitido a la FEMP para no perder la subvención recibida este año. Alonso no dejó de reprochar al anterior equipo de gobierno, que impulsó el proyecto, que no haya llevado a cabo una verdadera transición de poderes para evitar apuros como el que ha sufrido el Ayuntamiento, aseguró, para continuar con la iniciativa que ha tenido como prólogo la elaboración de un mapa de la represión. Alonso anunció además que la iniciativa tendrá continuidad con el nuevo equipo de gobierno y el Ayuntamiento solicitará a la FEMP una nueva subvención para el próximo año. El Ayuntamiento también colaborará con el equipo de arqueólogos y forenses que dirige Rodríguez y la brigada municipal de obras también se encuentra trabajando en el cementerio del Carmen

Si el proyecto se lleva a cabo, explicó Rodríguez, es porque existen serias dudas de que las sucesivas 'mondas' o traslados de difuntos emprendidos a partir de la clausura del cementerio, hayan vaciado de verdad todo el cementerio. Si ya en los años setenta, el mismo corresponsal de Diario de León que informaba de la aparición de restos en los nichos abiertos y la curiosidad morbosa que despertaban, Ignacio Linares, alertaba de la lista de ponferradinos ilustres enterrados en la zona y de cuyos restos no se hacía cargo nadie, el equipo de Rodríguez sospecha que los 29 hombres y mujeres enterrados en la zona civil, y de los que se tiene constancia documental, podrían seguir allí. El hijo de Vicenta Moral, por ejemplo, está empeñado en recuperar los restos de su madre y darles un lugar digno de enterramiento. En un cementerio de verdad. Y no en un lugar que sufrió tantas profanaciones durante más de una década.