La Junta saca a información pública el expediente de BIC de La Recuelga
La Consejería de Cultura avanza en la protección del complejo como Conjunto Etnológico
Lavadero de carbón de Antracitas de Fabero S.A., en Santa Cruz del Sil. L. DE LA MATA
La Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León ha sacado a información pública el expediente para la declaración del complejo minero de La Recuelga (Santa Cruz del Sil) como Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Conjunto Etnológico. Se abre, así, un período de un mes para que cualquier persona que lo estime conveniente pueda presentar alegaciones. De no hacerse, el siguiente paso sería la protección efectiva de uno de los emblemas de la historia minera del Bierzo , especialmente el lavadero de carbón de Antracitas de Fabero S.A, que se apropió del nombre de todo el paraje localizado al pie de la carretera CL-631, pero también el lavadero y cargue de Victoriano González y lo que queda de los funiculares, entre otras instalaciones de gran valor patrimonial.
Con la apertura de este período de información pública se oficializa el desarrollo de la tramitación del expediente que Cultura abrió después de que tanto el Club Xeitu y la Junta Vecinal de Santa Cruz del Sil, como la Cátedra de Territorios Sostenibles y Desarrollo Local de la Uned, el Instituto de Estudios Bercianos (IEB) y la Asociación Cultural Ferroviaria Berciana —los tres últimos de manera conjunta— lo solicitaran hace ya varios meses. Lo hicieron al mismo tiempo que buena parte de la sociedad berciana se volcó en la defensa de unas instalaciones amenazadas por la construcción de un parque fotovoltaico cuyo proyecto inicial contemplaba su derribo.
Del olvido al amparo
Saltaron las alarmas por la posible pérdida de dos lavaderos de carbón incluidos en el inventario de bienes del patrimonio histórico industrial de Castilla y León que la propia Administración autonómica encargó en 2010. Su valor estaba reconocido pero ninguna figura los protegía. Pasaron del olvido y el abandono más absolutos a la lucha por su preservación. Una batalla común que ha dado resultados.
«El complejo minero industrial de La Recuelga constituye un conjunto homogéneo e íntegro a nivel técnico y arquitectónico que, por sus valores tecnológicos, históricos y sociales, se configura como un legado etnológico relevante de la minería moderna digno de conservación», reconoce ahora la Consejería de Cultura. «Se define como conjunto etnológico el área delimitada por el ferrocarril y el río, que tiene su origen en la actividad industrial allí desarrollada durante casi un siglo: el descargue, tratamiento y embarque de carbón», añade en la documentación que acompaña a la orden de información pública publicada ayer en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl).
Aunque ha tardado mucho en describir oficialmente el valor patrimonial de La Recuelga, la Administración autonómica defiende ahora la necesidad de proteger los bienes ahí contenidos como testigos y testimonios directos del pasado minero de una comarca que acaba de perder otros dos símbolos: las dos torres de refrigeración de la central térmica Compostilla II de Cubillos del Sil.
«La autenticidad y significación histórica del complejo minero-industrial de La Recuelga, su representatividad y singularidad tipológica dentro del panorama minero español del siglo XX lo configuran como un ejemplo único en Castilla y León, cuyas soluciones constructivas y compositivas remiten a innovaciones técnicas y estéticas de vanguardia en un contexto histórico de posguerra», subraya la Consejería de Cultura, desde donde también ponen en valor que «por sus dimensiones y características constructivas, por su sistema técnico y la conservación de la práctica totalidad de sus materiales originales», se trata de «un conjunto de gran valor, uno de los más relevantes y mejor conservados de cuantos existieron en la provincia de León».
Además de los lavaderos de carbón, el cargue y lo que queda de los funiculares, Patrimonio también tiene en cuenta en su informe para la declaración de BIC de los apartaderos ferroviarios en los que se levantan los lavaderos, las estaciones de descarga de los teleféricos, el propio ferrocarril y otros elementos asociados, como es el caso de almacenes, oficinas y viviendas, básculas, garitas y torres de control, transformadores eléctricos y espacios administrativos, logísticos y residenciales.