Una peregrina jacobea con el desafío en silla de ruedas
El Camino de Santiago y su incesante flujo de peregrinos convierten a la comarca del Bierzo en lugar de paso para cientos de miles de personas al año. A pie, en bicicleta o a caballo son las opciones más habituales para los que buscan llegar hasta la tumba del Apóstol, pero el recorrido se torna más complicado para las personas que sufren problemas de movilidad. Éste es el caso de la italiana Sabrina Tosolino, una abogada del sector público de 54 años que reside en la ciudad de Udine, cerca de Venecia. Pese a que una rara enfermedad la mantiene sentada en una silla de ruedas desde hace casi una década, su tenacidad la lleva a recorrer la Ruta Jacobea, desde el municipio berciano de Molinaseca, acompañada por su amiga y asistente Diana.
Hace unos 20 años, tras el nacimiento de sus dos hijos, Sabrina comenzó a tener problemas de sensibilidad en las piernas. Las pruebas médicas revelaron que sufría siringomielia, un problema de médula ósea bastante raro.
De manera gradual, la enfermedad le impidió caminar hasta que se vio obligada a vivir en una silla de ruedas hasta este momento. «Trato de ser lo más independiente posible en todo lo que necesito», explica la peregrina italiana, que dispone de un coche adaptado y un permiso de conducir especial.