RESTAURACIÓN AMBIENTAL
Pasto, zarzamoras y castaños para cerrar la herida de carbón de Alinos
La escombrera que todavía supura gases nocivos en Toreno será restaurada con una inversión de más de dos millones de euros que permitirá recuperar el terreno para uso agroforestal e incluye un humedal y una pista de acceso para favorecer actividades de ocio ligadas a la naturaleza
Las casi 26 hectáreas de la escombrera de carbón de Alinos (Toreno), ubicada a pocos metros de distancia de la margen derecha de la carretera CL-631 si se circula en sentido Villablino, se acaban de sumar a la lista de espacios degradados que serán recuperados con fondos Next Generation de la Unión Europea que acaba de liberar la Junta de Castilla y León.
Sigue así el camino iniciado en otros puntos de las cuencas Fabero-Sil y Bierzo Alto para reponer el paisaje en las heridas abiertas que la minería ha dejado y tratar de buscarle nuevos usos a ese suelo, fundamentalmente agroforestales y/o de ocio. Se invertirán más de dos millones de euros para remodelar el terreno y recuperar un espacio que es, mayoritariamente, monte de utilidad pública perteneciente a la pedanía de Librán; aunque una parte (menos de una hectárea) es de la concursal de Uminsa.
El Grupo Tragsa se encargará de la ejecución de unos trabajos que deberán hacerse en 30 meses y que son la única alternativa posible para que la superficie afectada, que «presenta una intensa degradación ambiental», según se recoge en el proyecto, pueda reverdecer. La situación actual del suelo —destaca el documento técnico— «inhabilita la recolonización, arraigo y persistencia de la vegetación a corto, medio y largo plazo». De hecho, ya se intentó con anterioridad mediante el vertido de tierra vegetal en varios puntos, pero no culminó con éxito debido a las pendientes existentes.
Otro de los inconvenientes de esta escombrera es que todavía se dan procesos de ignición o autocombustión interna de los materiales, es decir, en ciertas zonas en las que hay grietas o subsidencias se producen salidas de gases y aumento de temperatura y malos olores. Una realidad que aunque se ha ido reduciendo desde los años 80, aún hoy persiste y se hace especialmente perceptible en los días húmedos.
«Además de afectar negativamente desde el punto de vista visual, emitir gases nocivos, producir olores desagradables y poder ser origen de incendios; la ignición espontánea de escombreras, puede generar problemas de cara al establecimiento de una cubierta vegetal herbácea o arbustiva», recoge el estudio.
Prácticamente la mitad del presupuesto consignado a este fin, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, se destinará a la remodelación del suelo. Es cerca de un millón de euros a los que después se sumarán casi 485.000 euros —la segunda partida más cuantiosa— para la siembra y plantación de pasto, plantas, arbustos y árboles ya presentes en la zona. El objetivo es unificar el paisaje para eliminar el impacto visual actual.
Habrá que remover ‘in situ’ casi 312.000 metros cúbicos de tierras para, después, sembrar y plantar. Debido a las condiciones del suelo y a la ya mencionada existencia de zonas en las que se dan fugas de gases, se ha seleccionado un grupo de especies vegetales capaces de arraigar en condiciones de estrés alto. Prácticamente la mitad de la revegetación herbácea se hará con la siembra de diferentes especies de pasto forrajero que se complementará con zarzamoras, arbustos bola de nieve, cantuesos o tomillo borriquero, vezo piloso y trébol blanco, entre otros. Todas especies extendidas y de sobra conocidas en la zona.
Las especies de árboles que se han seleccionado para la plantación son, por orden de mayor a menor cantidad: Pinos salgareños y resineros, abedules, castaños, cerezos silvestres, robles, serbales, madroños, encinas y espinos blancos. «Se plantarán diferentes especies forestales de coníferas y frondosas que se prevé que puedan generar un aprovechamiento agroforestal a futuro», recoge la memoria descriptiva del proyecto de intervención.
El plan de recuperación ambiental de Alinos incluye, además, la creación de una pista que comunicará el camino inferior que une las localidades de Librán y Santa Leocadia con la parte superior de la escombrera restaurada. «Este pista mejorará la ejecución de las labores de restauración y el tránsito en el emplazamiento para favorecer actividades de ocio y difrute de la naturaleza en el municipio», se subraya en el documento técnico.
El mismo informe también hace mención a la presencia de la vía del tren de la ya desparecida línea ferroviaria Ponferrada-Villablino, para cuya recuperación y puesta en valor como proyecto turístico (Ponfeblino) se han consignado otros cuatro millones de euros de otra línea de ayudas europeas pendientes todavía de licitación. «No se prevén afecciones a esta infraestructura, más allá de la limpieza del contorno en las zonas de desagüe existentes», recoge el informe. Lejos de desfavorecer el proyecto, la restauración ambiental de la escombrera de Alinos será un punto a favor en el recorrido de futuro tren turístico.
La restauración ambiental de la ladera implica, primero, la eliminación de infraestructuras existentes (ningún edificio) y la retirada de residuos para la posterior remodelación. La creación de una red de drenaje para consolidar la zona restaurada frente a la erosión es otro aspecto fundamental. En este sentido, jugará un papel clave la actual balsa de decantación de la escombrera. Ahí se ha proyectado la creación de un humedal aerobio al que se conducirán las aguas de esa red de cunetas, bajantes, pasos y arquetas.