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La joven que acusa a un médico de abuso sexual se ratifica ante el juez

El facultativo niega que explorara a la paciente y defiende que la denuncia tiene un fin económico

Juicio contra el médico acusado de agredir sexualmente a una paciente en Toral de los Vados. RAMIRO

Ponferrada

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La Audiencia Provincial de León acogió, ayer, el juicio contra un médico del centro de salud de Toral de los Vados acusado de, presuntamente, abusar sexualmente de una paciente de 18 años en la consulta en octubre de 2021. La joven ha vuelto a relatar el supuesto abuso y ha mantenido la acusación por la que la Fiscalía de Área de Ponferrada pide nueve años de cárcel para el facultativo. Él, por su parte, lo niega todo, asegurando que lo que persigue la mujer es una indemnización. El juicio ha quedado visto para sentencia.

«Me hizo preguntas incómodas, me frotó por la zona del clítoris y tras echarse lubricante en los dedos, me los introdujo en la vagina como si fuera una penetración. Estuvo bastante rato haciendo eso y me dijo que si seguía haciéndolo llegaría al orgasmo», relato la supuesto víctima en declaraciones recogidas por la agencia Ical.

La joven, que se había desplazado desde Villafranca del Bierzo hasta Toral únicamente para recoger un volante que necesitaba para ser vista en el servicio de Ginecología del Hospital El Bierzo, aseguró ante el juez que «el médico empezó a reírse» de lo que le contaba, que hacía comentarios como «tu pareja tiene que estar muy contenta» y que le dijo que antes de hacer el volante se tenía que tumbar en la camilla. «Allí me empezó a tocar por la zona de la pelvis, luego me dijo que me desabrochara el pantalón y que me lo bajara y empezó a hacerme preguntas como desde cuándo me depilaba la zona vaginal o si llegaba al orgasmo en mis relaciones sexuales. Y yo me sentía muy incómoda», detalló la paciente que ha denunciado la agresión.

Por su parte, el médico, de 63 años, aseguró ante el juez que cuando se levantó a hacer el volante y «me giré, la paciente estaba tumbada con el pantalón bajado y la camisa un poco subida, pero le dije que no la iba a explorar porque eso lo haría el ginecólogo y ella se levantó de mala gana». Considera que la denuncia interpuesta por la joven ante la Guardia Civil tres días después de los hechos sucedidos en la consulta responde a un interés «por las posibles ayudas que tienen ese tipo de denuncias».

La supuesta víctima aseguró haber entrado en «estado de shock», porque sabía que lo que había pasado «no era normal» y que, una vez fuera del centro de salud, se puso a llorar, se sentó en el coche y se lo contó a su madre, que la estaba esperando fuera junto a su abuela. La madre, entonces, acudió al interior del ambulatorio a pedir explicaciones, pero —siempre según su relato— la enfermera le dijo que «era normal ese tipo de exploración».

Durante la sesión y respecto al argumento defendido por el acusado, el presidente del Tribunal impidió al letrado de la defensa que preguntara a la madre de la joven, que declaró en calidad de testigo, cuánto dinero ingresa al mes la unidad familiar. La intención era abundar en su tesis de que detrás de este caso hay un móvil económico, recoge la agencia Efe. Por su parte, la madre de la supuesta víctima ha aseguró que su hija es una chica «completamente normal» incapaz de inventarse una historia de esa naturaleza

La Fiscalía ha elevado a definitivas sus conclusiones provisionales y ha mantenido su petición de nueve años de cárcel, inhabilitación durante el tiempo de la condena y la prohibición de aproximarse o residir a una distancia inferior a 500 metros de la víctima y/o de sus padres. En concepto de responsabilidad civil, el Ministerio Público estima que el encausado debe indemnizar con 10.000 euros a la joven por los daños y perjuicios sufridos y que Sacyl debe responder como responsable civil subsidiario.

Los hechos denunciados

Los hechos que ayer fueron juzgado en la Audiencia Provincial de León se produjeron en octubre de 2021. La paciente acudió, en primera instancia, a una consulta con la matrona del centro de salud de Villafranca del Bierzo, donde reside, porque sufría una amenorrea (ausencia de la menstruación) desde hacía varios meses. Tras realizarle una prueba de embarazo con resultado negativo, la matrona consideró que lo mejor es que la joven fuera vista en el Servicio de Ginecología del Hospital El Bierzo. Para eso necesitaba un volante médico que ella no le podía expedir, tenía que ser su médica de cabecera, que se dio la circunstancia de que por aquel entonces estaba de baja.

Ante la ausencia de su médica titular, la paciente fuer derivada al ahora acusado, que estaba pasando consulta en el centro de salud de Toral de los Vados. Hasta allí se trasladó la joven con su madre y su abuela con el único propósito de recoger el volante que necesitaba. Entró sola en la consulta —seguía activo el protocolo frente a la covid— y allí dentro, supuestamente, se produjeron los hechos que ella misma ha vuelto a narrar ante el juez.

Siempre según el relato de la joven, una vez en la consulta, el médico empezó a hacerle preguntas personales fuera de lugar y relacionadas con su actividad sexual para después pedirle que se tumbara en la camilla para una exploración «por la zona ovárica y el clítoris». Después de cerrar la puesta con pestillo, el médico supuestamente introdujo sus dedos en la vagina de la joven de manera repetitiva durante varios minutos simulando una penetración.

Una vez fuera de la consulta y tras haber procesado lo vivido, la joven se lo contó a su madre y esta entró inmediatamente en el centro de salud en busca de explicaciones. En ningún momento consiguió hablar con él medico acusado, según se recoge en el escrito de calificaciones de la Fiscalía de Ponferrada.