PATRIMONIO
Los cortines de piedra seca que defendían la miel del oso buscan quien los proteja en Sancedo
Los círculos de piedra seca que jalonan las laderas del valle del Rigo, entre Sancedo y Arganza, no tienen nada que ver con ningún culto al sol, ni con mitos ancestrales. Son los fortines que hasta hace unas décadas defendían las colmenas de la voracidad de los osos. Cortines en León y Asturias, alvares o alvarizas en Galicia, los colmenares amurallados que el Ayuntamiento de Sancedo ha descubierto y está poniendo en valor en el Valle del Rigo —con la apertura de una ruta de senderismo— ya han iniciado la carrera para obtener la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) que concede la Junta de Castilla y León. Y el espejo en el que se miran son los cortines de Fonfría, en Torre del Bierzo, que ya cuentan con el reconocimiento oficial. El Pleno de Sancedo ya ha aprobado la moción para instar a la Junta a reconocerlos y el de Arganza lo hará en próximas fechas, una vez cuente con su propio estudio técnico.
Entre los dos municipios cuentan con una veintena de cortines —11 más tres posibles en Sancedo y cinco más uno posible en Arganza— que ya están siendo estudiados por el arqueólogo Rodrigo Garnelo Merayo en montes públicos de las pedanías de Ocero, San Vicente y Espanillo. «Algunos vestigios están lugares tan inaccesibles que todavía tenemos que estudiarlos», cuenta el alcalde de Sancedo, Marcos Álvarez, sobre los vestigios hallados a partir de las fotografías áreas del llamad0 ‘vuelo americano’, el raid fotográfico que la aviación de los Estados Unidos hizo sobre la geografía española en la década de los años cuarenta. En esas imágenes se observan estructuras circulares que la maleza y el paso del tiempo han desdibujado hoy.
Aunque se desconoce la fecha exacta en la que se construyeron los cortines, en una época en la que la presencia del oso en el valle del Rigo era frecuente, «es posible que ya existiesen en el siglo XVIII y así se documenta en el Catastro de Enseada, datado en 1752, en el que se hace referencia a 308 pies de colmenas en Ocero, 210 en Sancedo y 54 en Cueto», explica la moción.
Sancedo comenzó a poner en valor los cortines en 2018 con fondos de la Junta que impulsan una ruta que también atraviesa zonas con vestigios de la minería tradicional del hierro y del oro. Las Normas Urbanísticas Municipales ya incluyen siete cortines circulares y uno rectángular. Para el día 30, Sancedo espera la visita del portavoz de Vox —grupo que dirige la Consejería— en la Comisión de Cultura de las Cortes de Castilla y León, Miguel Suárez del Arca. El alcalde agradeció expresamente a Fernando Arias, profesor del primer taller de empleo en Sancedo, porque «empezó a mover todo».
El retroceso hacia el norte de la población de osos desde finales del siglo XIX, la despoblación y el empuje de la minería del carbón que arrinconó la apicultura durante décadas propiciaron el abandono de las estructuras de piedra seca. Otra cosa es que, ahora que la minería está acabada y la población de osos pardos avanza otra vez hacia el sur, vuelva a hacer necesarios los cortines.
De los 11 reconocibles en Sancedo, dos están de nuevo en uso, con colmenas en su interior en plena producción. Y visto el atrevimiento de los osos que ya rondan los pueblos del Alto Sil, a nadie le extrañaría que la miel de los cortines, alvares en gallego, del valle del Rigo vuelva a estar el peligro.