El campanario de la Ciudad del Dólar

El ladrillo y el cemento estaban convirtiendo a Ponferrada en una ciudad más moderna cuando los jesuitas levantaron la iglesia y el colegio de San Ignacio entre 1947 y 1949. Eran años de bonanza económica —aunque con un reparto desigual— y mientras Endesa edificaba su primera central térmica de Compostilla muy cerca de la que tenía la MSP en la orilla del río Sil; mientras se trazaban las calles del barrio donde se alojarían ingenieros y trabajadores de la empresa eléctrica;  mientras crecía la montaña de carbón y las minas de antracita eran el motor económico del Bierzo, la orden religiosa aprovechaba unos terrenos cedidos por vascos residentes en la capital berciana y encargaba al arquitecto José Martínez Mirones el diseño de un complejo educativo que además del templo y el colegio incluía una Escuela de Artes y Oficios y una Casa de Ejercicios Espirituales.

Muy pronto el campanario escalonado de arcos ojivales de la iglesia de San Ignacio iba a marcar la línea del horizonte de  la Ciudad del Dólar; así llamamos hoy a aquella Ponferrada de posguerra. Una imagen de aquella torre en construcción se está convirtiendo en una de las más atractivas de la nueva serie de fotografías antiguas de la ciudad de posguerra que cada cierto tiempo comparte el Archivo Histórico Municipal en las redes de la Biblioteca Valentín García Yebra.

La iniciativa, que quiere dar a conocer los fondos históricos y procedentes de colecciones particulares que se están digitalizando en el Archivo, está teniendo tanto éxito que la tanda de imágenes anterior, donde se veían algunos de los bares y negocios del centro fotografiados en el año 1964 en una ciudad salpicada por la lluvia, ya ha recibido más de 30.000 visualizaciones, según informa la Biblioteca en sus redes.

La iglesia de San Ignacio fue consagrada en 1950, pero los jesuitas abandonaría muy pronto Ponferrada —apenas ocho años después— y el centro educativo se convertiría en el colegio diocesano que es hoy.  La página de Facebook de la Biblioteca, por lo demás, se ha convertido en un tesoro de imágenes desconocidas hasta ahora para la mayoría de los ponferradinos. Desde una imagen inédita de la construcción del poblado de la Minero en Flores del Sil (1955), con las carboneras asociadas a las 394 viviendas, hasta un simulacro de incendio en el colegio Campo de la Cruz en 1964, los nostálgicos han encontrado un lugar donde refugiarse.