El regreso de la Santa Compaña

Como cada 31 de noviembre desde hace algunos años, en la noche dedicada a los difuntos, Fabero recibió a la Santa Compaña. La procesión recorrió el trayecto que separa la plaza del Ayuntamiento del Pozo Julia y, una vez allí, quemó lo que llevó para quemar. Este año, lo que ardió fue un ataúd con la violencia de género. Eso es lo que se quiso erradicar en un acto simbólico que recupera una tradición histórica en esta parte de España. Desde que El Ayuntamiento promueve esta actividad, el interés es creciente y vecinos de todas las edades participan en una alternativa propia al omnipresente Halloween. | dl