Un molino ‘escondido’ en Toreno
A Antonio Arias lo liberaron acabada la guerra, pero no le dejaron recuperar su oficio. Para alimentar a su familia, alquiló de forma clandestina un molino de Luis Pestaña que había quedado libre en Toreno. La Guardia Civil de la localidad hacía la vista gorda porque todos los días les dejaba pan. Y Antonio tenía quien le avisaba cuando el inspector de turno se subía al tren correo en Ponferrada para bajarse en Toreno. Cerraba entonces el molino, lo limpiaba todo, y cruzaba los dedos.