vida en el valle de ancares
Tejedo rearma de la nada las viejas ruinas de su herrería
El alcalde de Candín asegura que a primeros de marzo estará montado todo el sistema tras retrasarse por no encontrar cuero para los fuelles
En sus tiempos fue parte del alma industrial del valle de Ancares; no sólo en el pueblo de Tejedo, sino también en los próximos de Pereda, Suertes, Espinareda de Ancares, Candín, Sorbeira o Villasumil, hasta enfilar por el este y el oeste los puertos de Lumeras o de Ancares. Luego, llegó la modernidad y su esplendor se convirtió con los años en olvido y ruina total. Pero hoy, ha resurgido por completo de sus cenizas y ya se puede contar en este reportaje que el Valle de Ancares, Candín, cuenta con una flamante herrería en Tejedo que estará lista y en perfectas condiciones para funcionar a finales de este mes de febrero o primeros de marzo.
El alcalde, José Antonio Cachón, cuenta que los trabajos de montaje se han visto retrasados por problemas en el suministro de un material escaso y clave para el funcionamiento de la herrería de Tejedo ( A Ferrería de Teixeo ), como es el cuero necesario, de amplias dimensiones, para construir uno de los dos fuelles gigantes que tiene el artilugio industrial que da forma al hierro fundido en esta fragua.
Los trabajos están presupuestados en 200.000 euros, incluyendo 40.000 de pago del impuesto del IVA y la Diputación ha sido una de las instituciones que ha ayudado de manera decisiva.
El peso de la historia
El alcalde de Candín, ayudado por historiadores, recopiló datos. Cuenta que desde la Edad Media se mencionan en el valle de Ancares actividades metalúrgicas. En 1172 el Obispado de Astorga cede a su iglesia y a los canónigos de la misma el denominado «diezmo del hierro de Ancares», «lo que corrobora con anterioridad a esa fecha la existencia del término Ancares y la actividades metalúrgicas en el territorio», dice el regidor.
Sin embargo, los trámites para la construcción de la herrería de Tejedo de Ancares se inician en el verano de 1788. Se detalla en una solicitud de permiso a los Concejos de Pereda y Tejedo, y con la creación de una sociedad para su explotación. La sociedad la constituyen Bernardo y Gerónimo Rodríguez, hermanos y vecinos de Pereda, aunque residían en Ferrol. También Francisco Abella, vecino de Tejedo, lugar en el que residía, aunque ligado igualmente a Ferrol como apoderado en Ancares de Juan Soler y Compañía.
Los días 14 y 16 de agosto de 1788 los vecinos de los pueblos de Tejedo y Pereda reunidos en concejo dieron el consentimiento expreso para la construcción de la citada herrería que ahora, en el 2024, vuelve a cobrar esplendor. Fijaron un canon anual de dos quintales de hierro y 400 reales para cada uno de los dos concejos. El permiso incluía la donación de toda la piedra, agua, vena de hierro, y leña necesaria para su funcionamiento con condiciones. El 25 de agosto de 1788 se formaliza el acuerdo para la constitución de la Compañía y la posterior construcción de la herrería. La historia de la Herrería de Tejedo, (considerada más grande que la de Compludo), ocuparía un amplio libro con numerosos avatares de siglos.