Diario de León

Asturias ya lidera la investigación del CO2 a la que aspiró el Bierzo

Los primeros resultados del CSIC y Hunosa se harán públicos en Alemania el próximo marzo

Imagen de archivo de la planta de captura de la Ciuden.

Imagen de archivo de la planta de captura de la Ciuden en Cubillos del Sil. L. DE LA MATA

Ponferrada

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Lo que un día fue un sueño del Bierzo se ha terminado haciendo realidad en Asturias. La central térmica de La Pereda, en Mieres, es escenario desde hace unos meses de un proyecto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que persigue la «descarbonización de grandes sectores industriales» mediante la captura de CO2.

Los primeros resultados del proyecto se presentarán en un evento de divulgación científica que se celebrará el 27 de marzo y que organizará la Universidad de Stuttgart. El proyecto, denominado «CaLby2030» hace referencia en su nombre a la tecnología usada para la captura de CO2, la de «calcium looping».

Tal y como explicó en una nota de prensa esta semana Javier Camús, del Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (INCAR-CSIC), la iniciativa se puso en marcha hace unos meses en la térmica de La Pereda, usando en su fase experimental el 1% de las emisiones de la central. Ahora se encuentra parado a la espera de la gran transformación del complejo energético, que con una inversión de 38 millones de euros pasará de quemar carbón a usar biomasa como combustible principal. El periodo experimental se prolongará por un total de 42 meses, a cuyo término se espera obtener «la ingeniería necesaria para construir plantas comerciales de captura de dióxido de carbono en 2030».

El pasado mes de agosto, en una visita a las instalaciones de Cubillos, el entonces presidente de Hunosa, avanzó una línea de colaboración entre ambas entidades vinculada a la oxicombustión, el proceso con el se inició Ciuden hace casi dos décadas con el objetivo de lograr un sistema comercial para capturar el CO2. Asturias siempre ha presionado para ser referente de la captura del CO2, aunque las mejores instalaciones estuviesen en el Bierzo. En Oviedo tiene su sede el antiguo Instituto del Carbón (ICAR), hoy reconvertido en su denominación en Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono.

Financiado con 15 millones de euros por el programa Horizonte Europa y coordinada por el Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono, el proyecto, denominado «CaLby2030» pretende utilizar la cal (CaO) y el hidróxido de cal para absorber el dióxido de carbono generado en la gran industria. La captura del CO2 se realiza mediante procesos de carbonatación-calcinación (reacción reversible y a alta temperatura entre el CO2 y el CaO), en los que se utiliza en bucle la cal y se recupera parte de la energía generada en la reacción. Este sistema podría contribuir a la descarbonización de la economía, a la valoración de combustibles como la biomasa, a la reducción de costes en diversos sectores industriales y a la disminución del gasto asociado a la captura de emisiones contaminantes, principal limitación para alcanzar la escala comercial.

El proyecto sitúa al INCAR-CSIC como centro de investigación de referencia y al Grupo Hunosa a la vanguardia europea en tecnologías de captura de CO2. A su finalización, se espera obtener la ingeniería necesaria para construir plantas comerciales de captura de dióxido de carbono en 2030. Uno de los aspectos que lo facilitaría es que la tecnología utilizada se basa en el uso de la cal e hidróxido de cal, “materiales baratos, seguros y de enorme disponibilidad, que absorberían el dióxido de carbono como carbonato de calcio en la etapa de captura y serían regenerados produciendo CO2 puro.

El proyecto también incluirá un estudio sobre la percepción social que generará la central de La Pereda al reconvertirse en una central térmica de biomasa, con una captura del CO2 superior al 99% y con un cómputo de emisiones globales negativas.

El CSIC participa en «CaLby2030» a través de tres de sus centros: el Instituto de Políticas y Bienes Públicos (IPP-CSIC), el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN-CSIC) y el INCAR-CSIC. Además, intervendrán 17 entidades de nueve países, entre ellas diez empresas y siete grupos de investigación líderes en el campo de la tecnología de lecho fluido circulante.

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