Cáritas atiende hoy en Ponferrada a 232 mujeres que ejercen la prostitución

Es una cifra que llama poderosamente la atención. En Ponferrada, ciudad mediana de 63.000 habitantes, hay al menos 242 personas en contexto de prostitución. De las 242 contabilizadas, 232 son mujeres, 4 hombres y 6 transexuales. Cada año, la media se repite y son entre 200 y 250 las personas atendidas o acompañadas que buscan una alternativa a prostituirse para hacer frente a sus necesidades. Todas han mostrado su clara voluntad de dejarlo. Ninguna está en esta situación porque lo quiera de verdad o le guste, pero las circunstancias vitales que las rodean les impiden salir de ella.

Aquí, en esta comarca, existe esta cifra elevada de prostitutas porque claramente existe una alta demanda privada de sus servicios. El Bierzo, y especialmente Ponferrada, es un lugar de referencia histórica para ejercer la prostitución. Lo dicen las mujeres que llegan a la comarca con referencias previas de este lugar de tránsito y que transmiten su situación para pedir ayuda.

Los datos aportados para este reportaje son actuales, corresponden al último año, y las 242 coinciden con el número de personas que por voluntad propia están siguiendo o han pasado por el programa Amanecer de Cáritas en la comarca del Bierzo.

Labor de acompañamiento

Cáritas —organización perteneciente a la iglesia católica dedicada a combatir la pobreza, la exclusión, la intolerancia y la discriminación— lleva trabajando con mujeres en contexto de prostitución desde la década de los ochenta. Empezó en Santander y Madrid. También en el Bierzo, donde hoy y desde hace años realiza una labor social de acompañamiento, en donde sus responsables dejan bien claro que no están en esta labor para sacar a la gente de la prostitución. Esa no es su función.

«El objetivo principal de nuestra intervención es mejorar las condiciones de vida de las mujeres que ejercen la prostitución, acompañándolas en sus procesos personales para que tengan la opción de una vida libre y autónoma, siempre respetando su voluntad, el ritmo de sus procesos y facilitando el acceso a sus derechos», precisan desde Cáritas. Es la mujer la que marca la pauta y se respetan sus tiempos. Por lo general, son mujeres muy fuertes y luchadoras.

En los años ochenta un elevado porcentaje de prostitutas atendidas eran españolas, con problemática familiar y consumo de drogas. Luego, décadas después, se ha ido modificando ese patrón generalista. Hoy la mayoría son mujeres extranjeras, con problemas muy graves agudizados por la pobreza y en la gran mayoría de los casos sostenedoras de la familia. Mujeres que llevan solas las cargas familiares (hijos, vivienda, deudas). Es lo que llaman «la feminización de la pobreza».

Viajan aquí en busca de oportunidades para alcanzar una vida mejor, ganar dinero y tratar de salir del agujero de necesidades básicas. Muchas huyen de sus países por culpa del maltrato y los abusos, dos factores normalizados en origen. En buena medida, salvando los engaños a los que son sometidas, están en la prostitución obligadas por su situación social. «Casi todas se han hipotecado o pidieron un préstamo. Suelen llegar con deudas y algunas, si no pagan a tiempo son extorsionadas o amenazadas», cuentan desde Cáritas Ponferrada.

Desde esta institución benéfica trabajan en red. Con ellos contactan organismos policiales y judiciales y, en caso de que se detecte víctimas de trata, todos saben qué hacer y cómo actuar.

El programa Amanecer ha constatado que, si todos los años acuden en busca de ayuda entre 200 y 250 mujeres, más de la mitad son nuevas en esa estadística de la prostitución en el Bierzo. Todas confiesan que han sufrido mucho con su actividad, a parte de su difícil contexto familiar. De las 139 mujeres en el proceso de inclusión social, 74 cuentan con cargas familias, con hijos y casi 60 los han dejado en su país de origen.

En Ponferrada, la franja de edad de las mujeres que se prostituyen es de 20 a 60 años. La mayoría están entre los 35 y los 55. También las hay de 70 años. Varias de ellas, las de más de 50 años, llegaron aquí siendo víctimas.

La prostitución en España es alegal. Los prostíbulos no están prohibidos, porque su función está dentro del sector de la hostelería, centrado en el uso de un recinto de habitaciones o salones. En Ponferrada, en la actualidad y también desde hace años, —especialmente al alza desde la pandemia— los prostíbulos se ubican en pisos discretos y en parte ocultos al gran público. También apuntan al alza algunos bares abiertos al público donde se establecen contactos para este tipo de prácticas.

El programa Amanecer de Cáritas se puso en marcha en el Bierzo en el año 2015. En su labor destaca el desarrollo de mucho trabajo en red, en colaboración y coordinador con otras entidades. Operan con los Centros de Acción Social de los Ayuntamientos, con la red sanitaria, con la policía y los diferentes cuerpos de seguridad del estado y también con el área de la Justicia. Además, Cáritas cuenta con una vivienda de emergencia que presta colaboración a otras entidades que lo necesiten, siempre conectados en red para compartir esa problemática y tratar de buscarle una solución. En definitiva trabajan para facilitar los derechos a las personas necesitadas, como en este caso son las prostitutas que dan el paso para dejarlo.

Cáritas de Ponferrada intenta mejorar la situación de vida de las prostitutas. Y lo hace acompañándolas en cuatro ámbitos de trabajo. El primero es el sanitario. El segundo es el personal y sociosanitario. Un tercer apartado es el de la ayuda con la administración, con el papeleo jurídico. Y finalmente se encuentra el ámbito laboral, con ayuda a la integración social, que les permita obtener ingresos con el trabajo en una empresa.

La realidad de la prostitución presenta caras poliédricas, con situaciones difíciles y complicadas, que en gran medida cuenta con soluciones también complicadas.