MEMORIA HISTÓRICA
Amapolas rojas en la fosa del Carmen con 29 represaliados
Nueva fase de la exhumación de un grupo de víctimas del franquismo sepultadas en la zona ‘de Caridad’ del viejo cementerio de Ponferrada
«En los campos de Flandes/ crecen las amapolas./ Fila tras fila/ entre las cruces de nuestras tumbas», dice un famoso poema escrito por el teniente coronel médico John McCrae para hablar de los muertos en la Gran Guerra, más conocida después como Primera Guerra Mundial, y de las flores que, ahí estaba la metáfora, se nutrían de los caídos.
Y en el campo del viejo cementerio del Carmen de Ponferrada también crecían este lunes las amapolas rojas en la zona donde se cree que yacen hasta 29 hombres y mujeres de todo el Bierzo represaliados por el franquismo entre 1936 y 1951. Sus nombres se conocen porque sus enterramientos figuran registrados en el Archivo Parroquial de la La Encina, pero no el lugar exacto donde los sepultaron. El colectivo Sputnik Labrego y la empresa Tempos Arqueología acaban de iniciar la tercera fase de las excavaciones con las que trata de localizarlos e identificarlos para, llegado el caso, entregar sus restos a sus familiares, en un proyecto financiado por la Federación Española de Municipios y Provincias y el propio Ayuntamiento de Ponferrada.
«La mayoría fueron fusilados, y el proceso está bien documentado en los consejos de guerra, pero también hubo milicianos que combatieron la sublevación, gente que murió en la cárcel, y enlaces de la guerrilla», contaba, al pie del lugar donde trabajaban los arqueólogos, el historiador Alejandro Rodríguez.
El equipo que dirige dedicará las próximas dos semanas a trabajar en la zona sexta, la de ‘la Caridad’ o ‘la Beneficencia’ del antiguo cementerio del Carmen en la entrada de Ponferrada desde Molinaseca, un camposanto que funcionó entre 1849 y 1965 y donde en un siglo largo enterraron a miles de personas. Las sucesivas 'mondas' que se realizaron hasta 1983 para retirar tumbas apenas se llevaron una parte de los cuerpos. Y esa es la esperanza de los investigadores. «Que sigan aquí porque nadie los reclamó», añade Rodríguez.
La mayoría de las víctimas de la represión, asesinados durante los primeros días de la sublevación, a partir de la llegada del comandante Manso a Ponferrada, pero también durante el resto de la guerra y en la posguerra hasta ya entrado el año 1951, son hombres. «También hay dos o tres mujeres», asegura de memoria el responsable de la excavación, al pie de la fosa, junto a las amapolas rojas.
Si aparecen los restos y se verifica que son las víctimas que están buscando, será la antropóloga Laura González quien se encargue de la tarea de identificarlos cotejando el ADN de sus familiares. Media docena de familias esperan.
Sociedad
El misterio de los 29 cuerpos de represaliados que oculta el cementerio del Carmen
Carlos Fidalgo