Entrevista
Robe Iniesta: "No sé dónde está el botón de las nuevas canciones"
El concierto que el cantante, compositor y poeta ofrece este sábado en Ponferrada es una de las citas musicales del año en León
«Hombre, a mí lo que me gusta es tocar las canciones nuevas», dice. Será el poder del arte, que lo tiene en sí mismo y en forma de canción. De hecho, no es de extrañar que si una de tus canciones nuevas es El poder del arte, del gran último disco Se nos lleva el aire, lo que te pida el cuerpo y el directo sea tocarla. Y a la gente, oírla. Es Robe Iniesta en la actualidad. En concierto este sábado en Ponferrada en una de las citas musicales del año en León, de esas que mueven público de un lado al otro. De las que hacen afición.
Trae ese nuevo disco y una propuesta en vivo en la que ya hace años dio un salto cualitativo. Su capacidad de arrastre, de hecho, no sólo lo mantiene con los de siempre, sino que hay un numeroso público actual que se ha sumado y que Robe y su gente han acogido de una manera original y hasta hospitalaria.
Lo cuenta él mismo: «Hace años que lo vamos haciendo. La gente más pegada al escenario está dividida en dos. Una parte más marchosa y otra, más tranquila. Nos dimos cuenta de que vienen chavalillos y chavalillas con otra manera de ver el concierto, más estáticos. Más tranquilos, muy atentos. Que no les apetece que les den empujones. A partir de ahí se entendía mejor todo».
Esta más que anécdota refleja, por un lado, que el creador de Extremoduro sigue al detalle lo que son estas giras en las que se controla la intensidad y la frecuencia (no muchos días seguidos fuera de casa), así como el carácter intergeneracional de su propuesta. Porque Robe Iniesta gusta a un público masivo, pero su repercusión llega al punto de que se refieran a su trabajo desde intelectuales a periodistas, escritores y más gente de la cosa pública.
Se nos lleva el aire es el título de su último trabajo que lo trae a Ponferrada dentro de la gira Ni santos ni inocentes. «En las giras se trata de ir entrando en la dinámica. Probándolo todo e ir viendo las sensaciones», explica. Todo se mezcla para crear ese engranaje que forman las canciones de Robe Iniesta, en donde la coherencia la da la perspectiva: «Hay tantas canciones... No se trata de ir tocando siempre las mismas. Hay éxitos antiguos que al tocarlos ahora pillan sentido», sugiere al hilo de esa necesidad de que todo al final dé relevancia a lo nuevo como razón de ser y tocar.
Si el extremeño ha tenido sus tiempos de silencio, tal vez este planteamiento más sereno de cómo afrontar su carrera le lleva ahora a su propia expectativa y sin reñir consigo mismo. «Yo no sé cuándo van a salir las nuevas canciones. Si van a ser cuatro o cinco. Cuando luego salen está claro que lo que apetece es jugar, experimentar, ir al estudio y luego tocar. Es una cadena», relata. Y añade: «Es que no sé hacerlo de otra manera. Llevar años en esto no es la leche. No puedo decir que ya sé componer una canción. Ni sé dónde está el botón de las buenas canciones», afirma.
Puede que así se conozca a un Robe Iniesta al que aún le gusta la música y estar en el tinglado. Tal vez, porque ha logrado un estatus que aunque a él puede que no le guste como expresión le sirve para estar a gusto y disfrutar tocando: «Te vas conociendo. Llevas peor lo de viajar, los hoteles... Y eso que no hacemos giras de carretera y no volver», cuenta. Y da la sensación de que si hubo mito está ahora mas que desmitificado. Y si fue imprevisible resulta en estos tiempos fiable como pocos. Es más, él mismo puso en marcha esta conversación cuando llama puntual desde un número privado. «Hola, soy Robe». No todos los días pasa.