Dos años desde el desplome del viaducto del Castro

Eran las diez y media de la mañana del 7 de junio, este viernes hizo dos años, cuando todo tembló en el viaducto del Castro. El tablero con sentido a Galicia, cerrado al tráfico desde hacía meses porque el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) había detectado un fallo estructural que estaba estudiando, colapsaba de repente. Y todo tembló, sí, hasta el punto de que el viaducto se vino abajo.

Cincuenta metros de estructura de hormigón entre dos pilares, en el kilómetro 431 de la A-6 a la altura de Vega de Valcarce, terminaban sobre una de las laderas de los montes del puerto de Piedrafita, afortunadamente sin causar ningún herido entre los trabajadores, para estupor de los conductores que a esa hora de la mañana circulaban en sentido Madrid. Allí quedó parado un camión, sin atreverse a continuar por si acaso.

Al final, fueron dos los vanos que colapsaron tras un segundo derrumbe. Llegaron las visitas de responsables técnicos, del Ministerio, de la Xunta de Galicia, preocupada por la situación de una de las principales vías de acceso a la comunidad vecina. Y lo que parecía que se podría resolver en algunos meses, con un desvió por la N-VI como ruta alternativa, se ha complicado hasta el punto de ya llevamos dos años, y aún queda por delante al menos otros semestre al menos para ver el final de unas obras de ingeniería complejas que suponen una inversión cercana a los 72 millones de euros para rehacer el tablero caído y reforzar el que ha seguido en pie.

Primero fue necesario derribar todo el puente afectado. Y a finales del pasado año se abría provisionalmente un carril del viaducto en sentido a Madrid —formado por una estructura de 333 metros de longitud y otra, más próxima a la ladera, de 101 metros— en un momento en que el nuevo ministro de Transportes, Óscar Puente, anunciaba que el otro tablero estaría listo para finales de este 2004.

¿Y cuál ha sido la causa del desplome, ? Las conclusiones preliminares de los técnicos avanzan que el viaducto se derrumbó por un conjunto de eventos, desde defectos en el hormigón a las actuaciones de hidrodemolición llevadas a cabo para sanear y reforzar las losas de continuidad entre los vanos.

Las obras van a buen ritmo y hace dos semanas ya tomaban forma el gran muro de contención que sujetará la triple estructura de la doble calzada. Con apoyo de maquinaria pesada, los operarios del Mitma están colocando un gran ‘mosaico’ de piedras entre los dos viaductos para estabilizar mejor el terreno ante la previsión de que pudieran producirse desprendimientos del suelo por las lluvias.

Mientras tanto, para entrar en Galicia desde el Bierzo hay que seguir usando la N-VI. Y de momento, para entrar en el Bierzo desde Galicia solo hay habilitado un carril. El otro lo necesitan los obreros, los camiones y las grandes grúas que están levantando un puente que debería estar abierto a finales de año.