Miño-Sil firma el acuerdo para eliminar el 70% de las aguas que colapsan el saneamiento del Bierzo Bajo

Los presidentes de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, José Antonio Quiroga, y de la Mancomunidad de Municipios del Agua del Bierzo, Eduardo Morán, han firmado este lunes el protocolo para la financiación y ejecución de la primera fase de las obras necesarias para eliminar las infiltraciones de aguas limpias en la red de saneamiento del Bierzo Bajo, que están provocando graves problemas de funcionamiento en la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Villadepalos. La Edar está recogiendo dos veces y medio más del caudal para el que está diseñada.

La firma de acuerdo entre ambas entidades es el primer paso y se formalizará con la rúbrica del convenio después del verano. El objetivo es que las obras estén en marcha ya en 2025 y tendrán un plazo de ejecución de cuatro años. En esta primera fase del proyecto se invertirán algo más de 9,2 millones de euros que permitirán resolver el 70% del problema, según explicó el presidente de la Confederación Hidrográfica, que aporta el 80% de la financiación. El 20% restante correrá por cuenta de la propia Mancomunidad y el gasto (1.850.000 euros) se repartirá de forma equitativa entre todos los municipios mancomunados, aunque las obras previstas afectan a Cubillos del Sil, Cabañas Raras, Carracedelo, Cacabelos y Camponaraya.

Eduardo Morán subrayó la solvencia económica de la Mancomunidad del Agua del Bierzo. «Podemos afrontar estas obras sin mayores problemas de índole económica y siempre con la pretensión de que sean lo menos gravosa para los ciudadanos», dijo. Tanto él como Quiroga señalaron la importancia del proyecto no solo desde un punto de vista ambiental, sino también urbanístico e industrial. Y es que la situación en la que se encuentra la Edar, totalmente desbordada por el caudal que recibe, impide desarrollos urbanísticos y limita la actividad industrial en los municipios afectados. Una vez que avancen las obras y se eliminen las infiltraciones, aumentarán la capacidad de tratamiento de la planta y, con ello, los usos.

«Cualquier nueva actividad tienen que tener garantizado el vertido y, ahora mismo, no hay capacidad porque la Edar está saturada», incidió el presidente de la Miño-Sil.

El proyecto crecerá con las firmas previstas con los ayuntamientos de Toral de los Vados, Villafranca y Ponferrada.