Diario de León

Sociedad

Cáritas ayuda a 116 familias a pagar un piso en un plan piloto en Ponferrada

La mayoría son en la capital del Bierzo pero también en otras áreas de la Diócesis de Astorga

El obispo de Astorga y representantes de Cáritas, en una foto de archivo.

El obispo de Astorga y representantes de Cáritas, en una foto de archivo.ANA F. BARREDO

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Ponferrada

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Cáritas ha ayudado a 116 familias hasta junio para acceder al programa de subvenciones para alquiler de vivienda. La mayoría son de Ponferrada, pero también hay familias de Bembibre, Rivas del Sil y el Órbigo, según fuentes de la entidad dependiente del Obispado de Astorga.

A través del programa de subvenciones destinadas a facilitar una solución habitacional inmediata a mujeres en situación de vulnerabilidad, personas objeto de desahucio de su vivienda habitual, personas sin hogar y otras

especialmente vulnerables en Castilla y León, que desde finales de 2023 puso en marcha por parte de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León, en colaboración con Cáritas de Castilla y León, Cruz Roja y la Fundación Intras, Ponferrada ha sido una experiencia piloto.

El programa consta de dos fases. La primera, de noviembre de 2023 a febrero de 2024, en donde se cubrió con esta subvención el pago del alquiler de 66 familias. Y en marzo se inició una segunda fase, que continúa en estos momentos, explican desde Cáritas.

A fecha de junio de este año se han cubierto los alquileres a 50 familias, pero ya no sólo en Ponferrada, sino también en las UPAS de Bembibre, Rivas del Sil y Órbigo (en estas tres últimas zonas desde marzo de este 2024).

En total, 116 familias se han visto beneficiadas, aunque algunas son receptoras de la subvención en las dos fases.

Sonia Cortés, técnica del programa que tramita estas subvenciones en Cáritas de la UPA de Ponferrada, explica que «no se trata de una ayuda asistencial, sino que son familias que ya están en el programa de Empleo, con las que se están haciendo procesos de inclusión e itinerarios personalizados». Por ello, «si cambia la situación de la persona o de la familia, entendemos que tiene que salir de la subvención porque hay otras personas que pueden acceder a ella».

La subvención no es sólo para alquiler de pisos. En algunos casos, también de habitaciones, «ya que hay personas que por su situación social no pueden acceder al alquiler de una vivienda completa». En este caso, suelen ser personas más jóvenes.

«En Cáritas tenemos presente que el acceso a la vivienda es un derecho humano, aunque a veces los requisitos para que los más vulnerables accedan a él parecen no tener en cuenta esto», recalcan desde Cáritas.

Para poder optar a esta subvención se exige que exista contrato de alquiler y que el pago se realice mediante transferencia bancaria. El tope máximo que se cubre por familia es de 600 euros de alquiler al mes.

«Trabajar en clave de derechos supone que este tipo de subvenciones ayudan en ese objetivo, con el fin de que no sea una ayuda asistencial, porque en Cáritas no trabajamos así, sino dentro de un proceso de mejora en la situación de cada familia», matiza Sonia Cortés. Y todo en coordinación con los Servicios Sociales, que han facilitado «de forma ágil» los informes de vulnerabilidad, ya que la subvención se destina a personas en riesgo de exclusión social, ponen en valor desde la organización.

A cada familia se le valora su situación, el proceso que estén realizando, si se encuentran a la espera de recibir alguna ayuda… ya que todas las que están en los programas de Cáritas cumplen el baremo económico para acceder a la subvención, por lo que se tienen en cuenta esos otros aspectos, explican en Cáritas.

El perfil mayoritario de quienes reciben estas ayudas son familias monoparentales (mujeres con hijos a cargo), aunque también hay parejas con hijos y mujeres solas. Y son familias tanto españolas como extranjeras.

Úrsula Macías, técnica de Cáritas, considera que «ésta es una gran solución, aunque no sea la solución absoluta, ya que el problema de acceso a la vivienda no sólo es económico, sino que hay problemas añadidos: los precios de las viviendas, el reparo de arrendatarios a hacer contratos de alquiler a personas con determinados perfiles… por eso hay problemas que incluso con esta medida, no se solucionan».

Mensualmente se realiza seguimiento de las familias acogidas a estas ayudas con el fin de valorar la situación en la que se encuentran, ya que «tenemos muchas familias con esta necesidad, por lo que el porcentaje de personas que necesitan ayuda con el alquiler que se ha cubierto con esta subvención es bajo. Mucha gente tiene que hacer malabares para cubrir los gastos del mes», recalca Macías.

Por otra parte, esta línea de ayudas no cubre el gasto de hipotecas, y podría ser algo a valorar, ya que «podríamos pensar que una familia por el hecho de tener una hipoteca ya tiene un buen poder adquisitivo, y no es así», insisten desde Cáritas Astorga al hacer balance.

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