Industria
Novolitio comienza a recoger baterías de litio para su futura planta en El Bayo
Endesa y Urbaser doblan la inversión hasta los 25 millones y mantienen el plan de 50 empleos
Novolitio, la empresa creada por Endesa y Urbaser para el desarrollo de la primera planta de reciclaje de baterías de la Península, anunció este viernes que ha comenzado a dar servicio para la recogida y reciclaje de baterías de litio.
En paralelo, según explicó un portavoz, en los próximos meses el consorcio espera finalizar la tramitación de los permisos para la construcción de su planta de reciclaje en el polígono industrial El Bayo, en Cubillos del Sil, donde invertirá 25 millones de euros en una parcela 15.000 metros cuadrados, casi el doble de lo inicialmente previsto. Cuando el complejo esté a pleno rendimiento generará 49 puestos de trabajo de forma directa.
La planta, que llegará a reciclar 25.000 toneladas de baterías al año, forma parte del plan de acompañamiento diseñado por Endesa para mitigar las consecuencias del cierre de la central térmica de Compostilla II y cuenta con el apoyo del Ministerio de Transición Ecológica, la Junta de Castilla y León, las alcaldías de Ponferrada y de Cubillos del Sil y la Universidad de León. Asimismo, la compañía ha sido propuesta para recibir una ayuda de 1,1 millones de euros del Instituto para la Transición Justa, que valora el carácter innovador del proyecto, su aportación a la diversificación del tejido productivo del Bierzo, con una iniciativa vinculada a la economía circular, y su potencial para la generación de empleo en la zona. La nueva instalación, según sus promotores, contará con la última tecnología a escala industrial gracias a un programa de I+D que ha permitido implantar mejoras en las diferentes soluciones de extracción, diagnóstico, descarga y reciclaje de componentes.
Novolitio prestará el servicio de recogida de las baterías de litio tanto en España como en Portugal, para almacenarlas y transportarlas a la planta que construirá en Cubillos del Sil. Una vez que la planta esté operativa, las baterías se descargarán eléctricamente, y se clasificarán desmontadas, para su posterior tratamiento en las nuevas instalaciones.
Aquellas baterías que no se puedan reutilizar se someterán a un proceso de trituración y separación. Esto permitirá reciclar los materiales presentes, como aluminio, cobre y plásticos, así como el «black-mass», que constituye la fracción rica en metales estratégicos, de gran valor en Europa, como son el cobalto y el níquel, ambos esenciales para la fabricación de baterías. El uso de metales reciclados reduce significativamente la huella ambiental de las nuevas baterías haciendo más sostenible su proceso de producción, explican los promotores.