Historias que vale la pena premiar

Detrás de cada emprendedor hay una historia de superación, y más si es de una cuenca minera, en este caso de El Bierzo. Contar cómo han podido salir adelante ha sido el hilo conductor de algunas de las historias de los premios del programa Bitácora de Bérizum que ha puesto en marcha el Consejo Comarcal y cuya entrega se celebró el pasado 19 de julio.

Fue en el certamen para el alumnado de Secundaria, que consistió en un trabajo creativo sobre la vida de una persona relevante del municipio o emprendedora. Su ganadora fue Julia Verdejo Martínez, del IES Beatriz Ossorio de Fabero. El segundo premio correspondió a Helena López Ortiz, del IES Gándara de Toreno, y el tercero, a Andrea Guerrero Guerra, también del IES Beatriz Ossorio de la localidad faberense.

Los premios fueron entregados por el presidente del Consejo Comarcal, Olegario Ramón, y la consejera comarcal de Formación, Empleo y Agenda 2030, Laura Fernández, el pasado 19 de junio, y van desde bonos para canjear por productos del Bierzo y actividades como una ruta ecuestre hasta una fiesta con hinchables y talleres. Los niños y niñas participantes previamente habían asistido a los talleres sobre emprendimiento y Objetivos de Desarrollo Sostenible, organizados también dentro del programa Bitácora de Berizum, por los que pasaron casi 300 escolares de una docena de centros educativos de la comarca.

Julia Verdejo, la ganadora del premio para Secundaria, eligió como emprendedora a su abuela, Trini Maceda López. «Escogí a mi abuela como emprendedora porque desde pequeña la he visto trabajar y es una inspiración para mí», explica. Una historia también ligada al carbón y, en su caso, a la central de Anllares. «Hace años, a pesar de tener un buen trabajo su marido y vivir en una población con más habitantes, mis abuelos decidieron volver a Anllares del Sil para aprovechar una oportunidad de negocio: la central térmica de Anllares. Consistía en un restaurante en el que se come muy bien y atrae a mucha gente. Gracias a eso Anllares del Sil es muy conocido; lo visita mucha gente», explica.

Y es que emprender en el medio rural, comenta Julia, es complicado «ya que hay pocos habitantes y esto puede generar una ganancia de beneficios menor a los que podrías llegar a obtener en un medio urbano con más gente», y sobre todo si es mujer. En el caso de su abuela, ha merecido la pena.

Andrea Guerrero, que obtuvo el tercer premio, eligió a Pedro Abella, que tiene dos supermercados, uno en Fabero y otro en Vega de Espinareda. «Me resultó muy interesante su historia, llena de pasión y esfuerzo, sobre todo porque ayuda a la gente», explica Andrea, que reconoce que no es fácil invertir en un negocio y menos mantenerlo en una zona como la suya, castigada por el fin del carbón.

En esa visión, optimista a pesar de todo, coincide Pedro Abella. Su historia viene de mucho atrás, de 1987, cuando empezó con las tiendas. Las tuvo con una importante cadena, pero en 2015 tuvo que hacerse cargo personalmente. «Ahí seguimos; no es fácil, sobre todo el supermercado de Vega de Espinareda. Cada vez hay menos gente y los jóvenes se van fuera a buscarse la vida, pero ahí estamos. Seguimos», es su forma de apostar por la cuenca.

El programa Bitácora de Bérizum, financiado por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, tiene otras muchas iniciativas, Financiado con 285.146 euros, tiene como objetivo fomentar el emprendimiento rural y luchar contra el fenómeno de la despoblación en los municipios bercianos de menos de 5.000 habitantes.

En el otro concurso de manualidades ‘Reciclar es vida’, convocado para el alumnado de Primaria, resultaron ganadoras Carmen Franco Barredo y Andrea Guaza Astudillo, del CEIP Toral de los Vados, por su trabajo «El Barco Pirata», realizado con materiales reciclados. El tribunal también decidió otorgar un premio especial al alumnado de 5º del mismo centro en reconocimiento a su implicación en el concurso y a la calidad de todos los trabajos presentados.