Diario de León

VIVIR EN EL RURAL BERCIANO

San Cristóbal, el pueblo que crece con jóvenes y solo pide una carretera

Vecinos de este pueblo de Ponferrada piden por favor a la Diputación de León que asfalte los 8 kilómetros que quedan por arreglar desde Salas de los Barrios, con baches peligrosos

Vecinos de San Cristóbal de Valdueza en la plaza del pueblo para pedir a la Diputación que les arregle 8 kilómetros de carretera destrozada desde Salas de los Barrios.

Vecinos de San Cristóbal de Valdueza en la plaza del pueblo para pedir a la Diputación que les arregle 8 kilómetros de carretera destrozada desde Salas de los Barrios.ANA F. BARREDO

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Ponferrada

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En San Cristóbal de Valdueza hay seis casas de turismo rural y ahora mismo está en marcha un proyecto para abrir un colmado. Este pueblo de montaña, situado en el municipio de Ponferrada, está creciendo. Y lo hace en tiempos adversos de despoblación rural. Jóvenes y emprendedores de fuera han apostado por vivir aquí. Han comprado casa, se han empadronado y unos teletrabajan y otros se desplazan todos los días a Ponferrada para poder cobrar a fin de mes una nómina. Los turistas se rifan el lugar, le dan las mejores puntuaciones en Internet, con la salvedad del mal firme de la carretera.

La localidad tiene Internet por antena, y ya están canalizando la fibra óptica. Todo está bien en San Cristóbal, salvo una necesidad clave para todos: el arreglo de 8 kilómetros de carretera que está destrozado por los baches y socavones peligrosos entre el pueblo de Salas de los Barrios y el propio San Cristóbal.

Este periódico atendió las demandas de varios vecinos que le piden —«¡Por favor!»— a la Diputación de León y a su presidente, el berciano Gerardo Álvarez Courel, que haga lo posible para que los vecinos de San Cristóbal y las cientos de personas (trabajadores y turistas) que a diario pasan por la zona hacia las canteras de La Cabrera, Peñalba o el Valle del Silencio, puedan transitar sobre una carretera asfaltada sin tantos peligros.

Carlos Vázquez compró hace dos años una casa en San Cristóbal. Trabaja en la fábrica de palas eólicas de LM. Baja y sube todos los días y cuenta que no piden nada por vicio. Sólo reclaman el arreglo de una carretera, después de que ya en una ocasión reventase una rueda del coche en un bache y destrozara los amortiguadores. «La carretera está descuartizada», dice. En breve, su hija vendrá a vivir con él a San Cristóbal, se empadronará e irá todos los días en taxi al instituto, al Gil y Carrasco.

Santos Fernández tiene una empresa de suministros eólicos y puede teletrabajar. Compró casa en San Cristóbal fascinado por el lugar, pero debido al mal estado de la carretera abrió oficina en Ponferrada. Dice que el pueblo es ideal y espera que deje de formar parte de la «España abandonada», «vacilada», sólo por culpa de la carretera. Lo mismo siente Loli Filgueira y Ernesto Meiriño, dos jubilados nuevos que compraron aquí casa.

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