La noche terminó con un espectáculo de fuego y danza para ponerle calor y movimiento a la cena popular. Pero el Medieval de Carracedo del Monasterio, que este fin de semana llegó a su vigésimocuarta edición, fue algo más que sentarse a la mesa en el claustro del cenobio de Santa María.
Si el jueves el claustro ya se había convertido en un enorme tablero de ajedrez viviente mezclada con una obra teatral y el jueves hubo tiempo para presenciar el hechizo de un dragón en el Festival de Títeres de Teatro la Carreta. Si el viernes tuvo lugar el Campeonato de Alquerque y la comitiva de juglares, trovadores, príncipes y princesas, mendigos, sirvientes, escuderas, campesinas y labradores acompañados por la Escuela Municipal de Gaitas y el grupo de teatro De Hoy Para Mañana en el tradicional desfile de antorchas del Camino del Abad, en la tarde y noche del sábado fueron vistosas las Justas Medievales antes de la cena.
Jinetes, guerreros, lanza en ristre, escudo al brazo, espada en mano demostraron su destreza en una recreación que estuvo precedida por los Juegos de Ayer y los Juegos Medievales en el Campo de la Fiestas.
Justo antes de la cena tuvo lugar la final del Campeonato de Alquerque Medieval. Y después, con los comensales vestidos como figurantes de una película de espada y brujería, o de una serie épica medieval, la cena sirvió para cerrar con el estómago lleno y el espíritu amansado el Medieval de Carracedo que organiza el Ayuntamiento de Carracedelo en colaboración con la Junta de Castilla y León y la Diputación de León.
Fue el momento en que las piedras del monasterio, los arcos de medio punto, el claustro medieval se convirtieron en el escenario y el telón de fondo de un espectáculo de danza y fuego que, definitivamente, dejó a los comensales con ganas de que llegue el año que viene para volver a vestirse de frailes, o de soldados, de damas o princesas, y sentarse en las sillas de plástico para disfrutar del sueño de una noche de verano, como en el teatro de Shakespeare.