No hay tregua para los enfermos de cáncer en el Hospital El Bierzo
La plantilla de Oncología sigue bajo mínimos, con un único oncólogo y un refuerzo diario; reina el desconcierto y el malestar entre los pacientes y se acumulan horas de espera para consultas y tratamientos
Imagen de la última manifestación en defensa de la sanidad convocada en El Bierzo por la situación de Oncología.
No hay tregua para los pacientes de Oncología del Hospital El Bierzo. La supuesta solución a la crisis por falta de especialistas que se agravó en mayo —el día en el que no hubo ni un solo médico para atender a los enfermos— no ha sido ni la esperada por estos ni la prometida por la administración, que aseguró que se cubrirían las cuatro plazas del servicio con médicos de otros centros sanitarios (León, Valladolid y Salamanca) mientras no se pudiera estabilizar la plantilla propia. Lo cierto es que solo hay uno diario de refuerzo (rotan varios) que pasa consulta y se mantiene el único oncólogo en activo del Bierzo, que se encarga de los ingresos.
Así, funcionando al 50%, se dan retrasos de horas para revisiones y tratamientos y reina la incertidumbre, porque «cada vez que vamos nos ve un oncólogo diferente y se nos ofrece información contradictoria». Los propios enfermos describen la situación ante el silencio de la gerencia y de los sindicatos sanitarios.
«Esto no mejora, yo creo que va a peor», relata una de las enfermas de cáncer. Reconoce que desde aquel día negro de finales de mayo en el que nadie atendió a los pacientes y hubo que suspender y retrasar tratamientos, con ella se han ido cumpliendo las fechas de los ciclos, pero otra cosa son los horarios.
"Muchas veces pienso que en la siguiente llamada de Oncología me dirán que la próxima consulta va a ser en León"
Pacientes que aguardan en un pasillo hasta tres horas más de la programada para recibir el tratamiento o ser atendidos, consultas que duran segundos, decisiones médicas contrapuestas, imposibilidad de resolver dudas, incertidumbre y dependencia de servicios como el de Cirugía, en el que se están apoyando muchos enfermos de cáncer. De hecho, se han dado diagnósticos de nuevos tumores en pacientes ya oncológicos en este servicio ante los retrasos acumulados en Oncología.
«El mayor problema es que no es lógico que cada día te vea un oncólogo diferente, que te das cuenta de que lo que hace es mirar tu expediente unos minutos antes de entrar a consulta. En casos tan delicados como los nuestros, nos debería llevar una persona que controle tu historial y que sepa qué decisiones hay que tomar, que conozca el caso concreto de cada paciente. Tenemos unos riesgos muy grandes», describe una de las afectadas por la crítica situación del servicio de Oncología.
"No es lógico que cada día te vea un oncólogo diferente, que te das cuenta de que lo que hace es mirar tu expediente unos minutos antes de entrar a consulta"
«Las cosas siguen exactamente igual. No se han asignado las plazas vacantes, no hay oncólogos en plantilla», se lamenta otra de las enfermas. Ella confirma la deriva y asegura conocer varios casos de pacientes que han pedido traslado a León. «Yo no lo he hecho porque ya tenía programada la radioterapia en Clínica Ponferrada; pero cuando termine no sé lo que haré aún», añade. Nadie quiere enfrentarse al vacío ante una enfermedad tan grave. «Están jugando con nuestras vidas», sentencia otra de las pacientes. En su caso, con un cáncer agresivo, tuvo que esperar cinco meses desde que terminó las sesiones de radioterapia que le fueron pautadas y fue vista en consulta. Entre tanto, apareció un nuevo tumor, según ella misma explica.
«¿Qué apoyo tenemos? ¿Quién nos orienta si cada oncólogo que te ve te dice una cosa diferente? No es justo», se reafirma una de las afectadas, insistiendo en que el Hospital El Bierzo debería tener una plantilla de cuatro oncólogos («sino cinco») y sigue habiendo solo una plaza cubierta.
«El primer mensaje que quiero trasladar es que seguimos garantizando la asistencia sanitaria en Oncología. Vamos a garantizar todos los tratamientos y seguimos trabajando para poder mantener el número de efectivos suficiente, que en este caso son cuatro», había dicho la directora general de Asistencia Sanitaria y Humanización, Silvia Fernández, en la visita relámpago que hizo al Bierzo unos días después de que la especialidad quedará al descubierto, con cero médicos. Esa pretensión está lejos de cumplirse según el relato de los propios enfermos.
«Yo ya iba a empezar radioterapia y me tocó otro oncólogo que me dijo que no, que seguíamos con la quimioterapia. Me di un ciclo y en la siguiente analítica tenía las defensas bajas y entonces me dicen que me vuelven a proponer para radioterapia. Todo esto en mes y medio», explica una mujer que lucha contra la enfermedad.
El sentimiento de todas las personas con cáncer que están siendo tratadas en el Hospital El Bierzo es el mismo: incertidumbre, miedo y resignación ante lo que ellos no pueden controlar y se hace inasumible. «Yo pienso muchas veces que la siguiente llamada de Oncología va a ser para decirme que la próxima consulta será en León. De hecho, cada vez lo veo más probable y puede, incluso, que sea lo mejor; porque si alguien que se está iniciando en este difícil proceso piensa que Oncología va a ser un apoyo, puede pasarlo muy mal», considera otra de las pacientes, para quien este servicio médico «nunca fue un apoyo». «Iba allí como mero trámite para los tratamientos, pero aprendí a buscar la información por otras vías», añade.
"¿Qué apoyo tenemos? ¿Quién nos orienta si cada oncólogo que te ve te dice una cosa diferente? No es justo"
«Nadie te dice nada». «Solo sé que ahora estoy en tratamiento. Hasta cuándo, no lo sé. Hasta que aguante». «Es desesperante y una vergüenza». «Ha habido días en los que han empezado a atender a media mañana a pacientes de las ocho». «Ni te examinan». «Antes, cada vez que tenías tratamiento te miraba el oncólogo. Ahora ya no es así». Todos estos son testimonios reales de enfermos de cáncer reales que están sufriendo una situación que pudiera parece irreal pero que es tan verídica como sus críticas y la denuncia pública que quieren hacer por el mal funcionamiento de un servicio vital.