Crónica del Ensanche: Los años en los que Ponferrada dejó de ser un pueblo grande

Un aluvión de más de cuatro mil personas llegaron a Ponferrada, de golpe en el año 1918. Vinieron para trabajar en la construcción del ferrocarril minero entre Ponferrada y Villablino y de repente, la pequeña ciudad en la confluencia del río Sil y su afluente el Boeza, con solo un puente para el tren y otro para las personas, sin viviendas, sin servicios para todos, se vio en la necesidad de planificar su urbanismo. Porque los siguientes años, con la actividad minera, y después de la guerra con el nacimiento de Endesa, la afluencia de trabajadores no mermó.

Así surgieron los planes del Ensanche entre 1932 y y 1949 que desembocaron en el primer planeamiento urbanístico aprobado. Los planos originales, incluyendo uno enorme realizado en 1946 por el geógrafo Vicente Puyal, documentos tan curiosos como la respuesta a la familia del arquitecto José Tomás Moliner, que después de la guerra reclamaba el pago de las 4.000 pesetas que se le adeudaban por un primer esbozo de Plan General de Ordenación Urbana que no llegó a aprobarse en 1932, además de fotografías de la constructora Fernández Matachana de la construcción, que trabajó para la MSP y para Endesa y para la diócesis de Astorga en el colegio San Ignacio, conforman una muestra que puede verse en la sala de exposiciones Andrés Viloria de la Biblioteca Municipal de lunes a viernes de 9 a viernes.

La muestra, una exposición propia, organizada por el archivero y bibliotecario municipal Jesús Álvarez Courel, fue inaugurada este miércoles por los concejales Iván Alonso y Luis Antonio Moreno.

«Me parece muy bien, yo hubiera hecho lo mismo», decía socarrón, medio en broma, medio en serio, el concejal de Hacienda de Ponferrada, Luis Antonio Moreno, cuando se enteró de que, para ahorrarse un dinero, la corporación municpal de 1946, que había convocado una suerte de concurso de ideas para aprobar un planeamiento urbano con tres premios en metálico, dejaba desierto el ganaddor (25.000 pesetas de la época) y solo entrega el segundo y el tercer reconocimiento. «Para ahorrarse un dinero», explicaba este martes Jesús Álvarez Courel al presentar la muestra sobre el Ensanche de Ponferrada. Esos dos proyectos premiados con 15.000 y 10.000 pesetas fueron los del grupo técnico Oro Negro y Ponsferrata.

Lo curioso es que hace cien años ya se veía la necesidad de que Ponferrada tuvieran un puente nuevo junto al Castillo (construido en 1971) y otro a la altura de la central de la MSP, el actual del Centenario, pero la empresa, por entonces muy poderosa, bloqueó la idea.