Diario de León

HOMENAJE

El día en que el policía Valmiro murió para evitar una matanza en Bembibre

El Ayuntamiento encenderá de azul las luces de la Casa Consistorial para recordar que hace 35 años un municipal frenó a un joven con problemas mentales que acuchillaba a la gente en la calle

Así informaba Diario de León del aculliamiento en el centro de Bembibre en agosto de 1989

Así informaba Diario de León del acuchillamiento en el centro de Bembibre en agosto de 1989DL

Publicado por
C. F. C.
Ponferrada

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Armado con tres cuchillos, descalzo y en pantalón corto. Así fue como el joven Amador A. G, que sufría un trastorno mental, apuñaló a cinco personas en el centro de Bembibre hace ahora 35 años. Dos de ellas murieron.

En un día de mercado y a las 10.30 horas de la mañana, cuando las calles se llenaban de gente para comprar antes de que hiciera demasiado calor, Amador, que sufría un brote agudo de esquizofrenia paranoide y delirio de persecución, según informó la prensa de la época, dejó un reguero de cuatro hombres y una mujer heridas de gravedad, en el trayecto de doscientos metros que iba desde la plaza del Ayuntamiento a la calle Queipo de Llano (hoy avenida del Bierzo), antes de caer abatido por los disparos del policía municipal con el que había forcejeado y al que acababa de acuchillar.

Aquel agente que evitó una matanza se llamaba Valmiro García García, tenía 60 años y recibió «múltiples puñaladas» que le costarían la vida. Otro de los heridos más graves, el octogenario Manuel de Anta, también ingresaría cadáver en el Hospital Camino de Santiago de Ponferrada.

A Valmiro García se le había disparado el arma reglamentaria en el forcejeo con el agresor, que recibió un impacto de bala en el vientre y otro en la rodilla izquierda y tras iniciar una corta huida había caído al suelo a los pocos metros, herido de gravedad. Su acción evitó nuevas víctimas, nadie lo duda, y por eso el Ayuntamiento de Bembibre, a petición de los agentes actuales de la Policía Municipal, encenderá las luces de la Casa Consistorial en color azul en la noche de este sábado 17 de agosto, cuando se cumplen 35 años del suceso. «Una tragedia que todos y todas recordamos, por lo que queremos aprovechar esta fecha para rendir nuestro más sentido homenaje a Valmiro, quien dio su vida para evitar que el agresor siguiera atacando a más víctimas», expresó la alcaldesa, Silvia Cao, en una nota difundida a los medios en la que también quiso recordar a la familia del agente y «a todas las víctimas del ataque».

Junto Valmiro, que «falleció en acto de servicio», recordó la alcaldesa, y recibiría la Medalla de Oro de la Villa, y junto a Manuel de Anta, la otra víctima mortal, resultaron heridos de gravedad la joven de 18 años Adela Sereno González, Isidoro Martínez Castellanos, de 70 años, y Manuel Fernández, de 54 años. El propio agresor fue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del entonces Hospital Camino de Santiago.

Amador, que tenía 28 años, ya había pasado por un ingreso en el centro psiquiátrico de Santa Isabel en León después de agredir con un arma blanca a un policía nacional en medio de una discusión con su hermana en abril de aquel mismo año. Amador «era alto , rubio y bastante guapo», según lo definió una testigo de los apuñalamientos de Bembibre, y no despertó ninguna sospecha cuando poco antes de las 10.30 horas del jueves 17 de agosto de 1989 entró en la guarnicionería Castellanos, que vendía material deportivo y equipos de pesca y caza en los soportales de la plaza del Ayuntamiento, y compró un cuchillo deportivo por el que pagó 2.075 pesetas, según informaba Diario de León al día siguiente del suceso.

Una joven de La Ribera de Folgoso que elegía un cinto en la misma tienda, le vio adquirir el cuchillo, le dio mala espina, y se fue del establecimiento sin comprar nada.

Hizo bien. Amador llevaba otros dos cuchillos con él.

Hacía calor y el joven de 28 años, vecino de Bembibre nacido en Asturias, vestía pantalón corto, iba descalzo, y cuando salió a la plaza comenzó a acuchillar a la gente en la esquina con la entonces calle Queipo de Llano. Empezaron los gritos. En una tienda cercana, trataron de tapar la herida en el vientre a la primera víctima con una esponja. Y en la calle se oyeron ahora dos disparos. Valmiro García forcejeaba, pistola en mano, con el joven esquizofrénico y recibía varias puñaladas que le costarían la vida.

Al agresor, caído en el suelo unos metros más adelante, lo detuvo la Guardia Civil poco después. Y la gente que a esas horas caminaba por una de las calles más céntricas de Bembibre todavía no sabía si huir o esconderse.

Así informaba Diario de León del aculliamiento en el centro de Bembibre en agosto de 1989

Así informaba Diario de León del acuchillamiento en el centro de Bembibre en agosto de 1989DL

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