La reapertura de la CL-631, sin plazo hasta que se decida a dónde llevar el escombro
El cielo abierto de Alinos (Toreno), en restauración, y una gravera cercana son posibles destinos de las piedras que colapsaron la carretera en mayo y tampoco se descarta dejar una parte en la zona para asegurar el nuevo talud
La reapertura de la carretera CL-631 (Ponferrada-Villablino) en su estado original, a la altura del derrumbe que obligó a cortar la vía en Páramo del Sil el pasado mes de mayo, tendrá que esperar «varias semanas», según las palabras empleadas por el delegado territorial de la Junta en León, Eduardo Diego. Un plazo indefinido por el arduo trabajo de retirada del escombro, que prácticamente no ha comenzado. Explicó el responsable autonómico que, ahora mismo, se está decidiendo a dónde llevar todo ese material desprendido y que una vez se decidan los destinos, se empezará a sacar el escombro. No descarta que una parte se mantenga en la zona para afianzar el propio talud.
«La solución está en manos de los técnicos, pero lo positivo es que tenemos, de forma alternativa, una conexión y se sigue trabajando para que cuanto antes puedan habilitarse los dos carriles de comunicación», expresó el delegado de la Junta de Castilla y León en su última visita al Bierzo.
El cielo abierto de Alinos (Toreno), donde Tragsa está ejecutando una obra de restauración, y una grabera próxima son dos de los destinos que se están valorando para trasladar allí la masa de piedras y tierra que cayó sobre la carretera. Mientras se mantiene habilitado un carril provisional.