"El Centro Mola era un proyecto necesario para Ponferrada"

La entrevista tiene lugar días antes de la Gran Gala del Comercio de Ponferrada, el día 14, con Bustamante como gran atracción.

— ¿La Gala es la culminación del trabajo hecho o un salto cualitativo en la asociación?

— Primero, es reconocer la labor del pequeño comerciante, del autónomo... de ese pequeño empresario que está ahí para darnos servicio todos los días, que está detrás de un mostrador y nos atiende con un trato personalizado y que no siempre se le reconoce y valora como se merece. Y es también cerrar un círculo de este proyecto que comenzamos hace un año, el 9 de septiembre, cuando arrancó el primer Sábado Mágico de El Centro Mola. Queremos dinamizar y poner en valor el comercio de cercanía y proximidad. Creímos, y ahora está confirmado, que era un proyecto necesario en Ponferrada. Del comercio del centro se hablaba con pesimismo y las noticias no eran positivas; se había instaurado en la sociedad que estaba muerto.

— De todas maneras hay muchos locales vacíos. ¿Es consciente el ponferradino del impacto en el comercio del cierre de las minas y de un centro comercial también demasiado cerca del centro?

— El problema del comercio de proximidad no solo es en Ponferrada. Es a nivel nacional; incluso mundial. En Ponferrada tenemos nuestras particularidades, pero el comercio electrónico ha llegado pujante. Es un competidor fuerte. El Bierzo ha sufrido la pérdida de poder adquisitivo de la minería, aún estamos perdiendo población, aunque este año se ha estancado... Son varias las razones. El centro comercial está cerca del corazón comercial de la ciudad, pero que no lo podemos cambiar; está ahí. Convivimos con él y, además, siempre digo que son nuestros compañeros; mil personas trabajan en El Rosal. No es uno de los mayores problemas del comercio de cercanía. Hay locales cerrados porque las circunstancias no son las mismas. También es cierto que se están abriendo locales del sector servicios a pie de calle, hay nuevas incorporaciones de ocio, clínicas... El trabajo no es fácil. Cuando arrancamos con El Centro Mola sabíamos que no era una labor a corto plazo. Lo que buscamos es cambiar el chip de la sociedad de la ciudad y de la comarca, y que vuelvan a vernos con la cercanía de antaño, que el comercio de cercanía es un comercio muy profesional, con productos inmejorables y trato personalizado. Llevamos muchos años y no van a encontrar otro lugar donde les atiendan mejor.

—¿Qué opinión tienen de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE)?

—Sobre la ZBE hemos mantenido desde las asociaciones varias reuniones tanto con el equipo de gobierno del Ayuntamiento como con el PSOE. No hemos querido hacerlo público ni hacer ruido porque nuestro objetivo es llegar a buen puerto. Lo que las asociaciones pedimos es, primero, que se vele por la salud de los ponferradinos y los bercianos, aunque ahora en nuestra tierra no se da esa problemática de que la salud esté en juego por el tráfico rodado en la ciudad. El siguiente paso es salvar la economía y ahí es donde entramos nosotros. Nuestra propuesta era clara y nítida, y la tienen sobre la mesa. No nos gusta la imposición ni la palabra sanción. Creo que somos todos adultos y me gustaría más que las sanciones fuesen informativas.

—¿La ZBE puede espantar a ese berciano que viene desde los pueblos al centro?

—Ponferrada es el epicentro de muchas poblaciones que nos rodean, que quieren venir aquí a disfrutar y consumir. Queremos seguir atrayendo a ese público y que nadie les ponga piedras en el camino. Realmente, lo importante en este tema es que tanto el equipo de gobierno como la oposición, como las asociaciones de comercio y hostelería, lleguemos a un acuerdo inmejorable para la ciudad, que podamos explicar de la mano a todos que es el mejor tanto para salud de los ponferradinos como para la economía del Bierzo.

—¿Ha faltado diálogo a la hora de que la ZBE fuera implantada el centro?

—En esta última etapa de la ordenanza, no. Ha habido comunicación fluida tanto con el equipo de gobierno como con la oposición. Ha habido buen talante, han escuchado nuestras propuestas y, en la medida de lo posible, han intentado atenderlas. Yo creo que podemos llegar a un acuerdo que satisfaga a todos. No estamos tan lejos.

—¿Debería haber más unión entre las asociaciones; incluso que se pudieran fusionar?

—Creo que es bueno que haya un amplio abanico de representantes de la sociedad en Ponferrada. Es bueno y, además, una o dos no pueden con todo el trabajo que Ponferrada merece. Nosotros llegamos con mucho energía; hemos llenado de actividades y sonrisas las calles de la ciudad, pero cada una hace su labor. Si me habla de Templarium, debo decir que es una asociación que lleva diez años al servicio de la ciudad y que hace, o ha hecho, una gran labor. Hay más, como El Reloj, en la zona alta, que hace un trabajo impagable; La Puebla, que está en una zona que ahora mismo es la más compleja, y no porque sea una mala zona. Es bonita para pasear y vivir. Precisamente, en el tema de la ZBE hemos ido de la mano, que es algo que me enorgullece.

—¿Los horarios del comercio están adaptados a los tiempos de hoy?

—Es una lucha que todas las asociaciones tenemos con nuestros asociados. Los de la semana están dentro de la normalidad. Llevo meses luchando con mis compañeros porque entiendo que una ciudad como Ponferrada tiene que dar servicio los sábados por la tarde. Vamos a probar; no todo el año. pero sí en épocas puntuales. Es una labor ardua porque la sociedad entiende que el sábado por la tarde el comercio está cerrado. No nos va a llevar ni 15 días ni dos meses. Tendremos que hacerlo porque no podemos seguir mucho más tiempo así si queremos aprovechar ese flujo de turismo que cada vez más viene a Ponferrada.

—¿Y después de la Gala, qué?

—Es el objetivo más ambicioso, incluso a nivel institucional. No compite con nada ni con nadie. Es una fiesta por y para el comercio. Seguimos trabajando a medio plazo con más actividades. Nuestro próximo reto es el Black Friday. Vamos a ir con todo.