MEDIO AMBIENTE
Las huellas del carbón desaparecen de los montes del Bierzo Alto
A punto de cumplirse el plazo de 36 meses para recuperar la zona con 11,5 millones de euros, ya se notan los cambios en el paisaje minero
La tierra marrón, la hierba seca, las torrenteras de madera para respetar el entorno están eliminado las últimas huellas que dejó el carbón en los montes del Bierzo Alto. Como heridas cicatrizadas, la costra negra de las escombreras deja paso, de forma cada vez más visible en las últimas semanas, a capas de color más claro que devuelven a la montaña el aspecto que tuvo hace cien años, cuando la mina todavía no había cambiado el paisaje en municipios como Torre del Bierzo e Igüeña y Brañuelas-Villagatón, al otro lado de la linde con la Cepeda. Son los resultados visibles de la inversión de 11,5 millones de euros para devolver miles de toneladas de escombro al vientre de la tierra y tapar los excesos en forma de cielos abiertos que trajo los últimos años de la minería.
Cerca de cumplirse el plazo de 36 meses para borrar las huellas más visibles del carbón —ni el Instituto del Carbón, ni la Fundación Ciudad de la Energía disponían esta semana de información sobre el grado de ejecución y el porcentaje de la inversión realizada— el acalde de Torre del Bierzo repite el paseo que enero de 2023 realizó con Diario de León para comprobar, a simple vista, que los montes que separan el Bierzo del resto de la provincia ya tienen otro aspecto. Gabriel Folgado otea el horizonte en la escombrera de Santa Cruz de Montes, y en la del antiguo pozo vertical de Malabá, fronteriza con Brañuelas, y no puede evitarlo. El carbón siempre deja un poso de nostalgia.
«Son sentimientos contradictorios —dice— porque se está perdiendo el paisaje de cien años de una actividad minera, pero hay que vivir con el tiempo presente. Las escombreras no dejan de ser estériles que no sirven para otra cosa».
Para otra cosa que no sea enterrarlas. Y de eso se encarga la empresa pública Tragsa con fondos europeos Next Generation. Y aunque los acuíferos de zonas como los antiguos prados de agua (las Llamas) en Santa Cruz son irrecuperables, la zona se ha librado del mordisco que la mina le dio a la montaña en el enorme cielo abierto de Campomanes, con un barranco de 40 metros taponado con el escombro retirado.
El proyecto que ejecuta Tragsa actuá sobre media docena de escombreras; Campomanes en Las Llamas de Santa Cruz (E-19), Prado de La Llama en Torre (E.4) y Alto de Cabaños (E-5), que pertenecieron a Viloria, Las Torcas y La Osera, de Virgilio Riesco (E-11 y E-12) y a su lado la E-3. Esos once millones y medio, que incluyen a la escombrera de la familia Calvo en la zona de Malabá, vienen a financiar lo que no hicieron los avales que deberían haber depositado las empresas mineras. Se llevaron el carbón, pero dejaron abiertas las heridas que le hicieron a la montaña.
Una Oficina de Turismo propia
Con una ruta de senderismo incluida en la restauración, Torre del Bierzo espera la resolución de las ayudas de Transición Justa que ha solicitado para abrir un Aula del Ferrocarril en la antigua estación y recordar el accidente de 1944. Si recibe los 700.000 euros, el edificio, por el que el Ayuntamiento ya paga un alquiler bajo al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, también será Oficina de Turismo.